sábado, 24 de mayo de 2014

Memorias, mentiras y traidores. Joaquín Leguina y sus circunstancias


Hoy en día una buena forma de sacarse un dinerito extra es escribir tus memorias. Antiguamente esas memorias se escribían en el ocaso de tu vida, pero claro, te quedaban pocos años para disfrutar del "éxito" editorial. Por eso, en lo últimos tiempos hemos visto en los anaqueles de las librerías las memorias de Aznar, Zapatero, Solbes, Guerra, Felipe González y alguno más que se me escapa. En los EEUU, Clinton y Bush batieron récords, y en Inglaterra Blair fue el que engordó su cuenta corriente contando sus intimidades. Un buen negocio para los políticos. Otra cosa distinta es que nos creamos todo lo que allí se relata, tal y cómo hemos visto con los papeles de Puigdengolas. Las auto-memorias pueden convertirse en auto-hagiografías, y uno no está dispuesto a gastarse 20 eurazos en una novela rosa y descafeinada.

Noveladas han sido las memorias del socialista Joaquín Leguina, La luz crepuscular, donde verdad y ficción se dan la mano, así que nunca sabremos cuando Leguina desborda la frontera de la verdad y pasa al país de la ficción. No pienso perder el tiempo en comprobarlo. Ya hemos visto al socialista Leguina arrastrando el culo por los medios conservadores y ya sabemos cual es su pensamiento. Tengo la sensación de que estamos ante otro Bono, pero con la salvedad, que Leguina se ha pasado al lado oscuro.

Leguina ha sido de los más críticos con Zapatero, parece ser que la Ley 52/2007, de 26 de diciembre, por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil y la dictadura, no le gusto nada, y no debió de gustarle, porque Zapatero -sin pretenderlo-, puso en evidencia el acuerdo tácito de la desmemoria durante la transición. Zapatero -sin pretenderlo- puso en evidencia la "modélica" transición. Leguina estuvo presente en el proceso transicional, no le debe haber gustado que hayan confirmado lo que muchos sabíamos.

Joaquín Leguina, cuando la Ley 52/2007, -Ley de la Memoria Histórica-, se estaba tramitando, afirmaba para europapress que no era cierto que durante la transición no se haya recuperado la memoria histórica, prueba de ello era la cantidad de libros que se habían escrito. ¡Ni que los hubiesen escrito en el Parlamento! El trabajo de los historiadores es investigar y escribir sobre sus investigaciones, y el de los políticos -si hubiesen querido recuperar la memoria histórica- hubiera sido hacer políticas sobre la memoria de los vencedores. No fue así, los políticos ignoraron las fosas comunes y siguieron mirando hacia adelante como si el pasado no importase.

En el País escribió que "habría que ampliar el mutuo perdón y hacer que todos los muertos sean también de todos. Que quienes cayeron bajo la represión en la retaguardia republicana no por cometer algún delito sino por ser (ser cura, ser militar, ser noble, ser rico, ser de derechas...) sean reivindicados por las gentes de la izquierda. Bonita frase, ¿en que convento habrá estudiado Leguina? Cómo se le puede pedir a alguien que tiene a su padre abuelo o tío enterrado en una cuneta que se acuerde de los muertos que fueron asesinados por los "rojos". ¿No habría primero que dar un entierro digno a los miles de restos de asesinados por el franquismo y luego ya se verá? Lamentamos todas las muertes en retaguardia, todas sin excepción pero eso que tiene que ver para que haya una ley que intente mejorar la memoria asimétrica de la guerra civil española.

Leguina no debe saber cómo se llama realmente la LMH. Es una ley por la que se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la guerra civil. ¿Donde está el problema pues? Si el antiguo presidente de la Comunidad madrileña tuviese víctimas en ambos bandos con esta ley podría pedir el famoso titulito certificando que fulanito o menganito había sido víctima de la represión y la guerra civil independientemente del bando al que hubiera pertenecido. Es más, si Rajoy volviera a subvencionar las exhumaciones y el sr. Leguina tuviera un muerto en una cuneta podría sacarlo de esa vergonzosa fosa. Solo que lo más seguro que esos restos que Leguina estuviera exhumando pertenecerían a un "rojo", los "azules" ya fueron debidamente enterrados.

Paco Etxeberria, forense y presidente de la asociación Aranzadi, que lleva muchos años repartiendo justicia y reparación, o lo que es lo mismo, exhumando fosas, nos a confirmado que el también, a petición de los familiares, ha exhumado fosas de víctimas de derechas, muy pocas porque según Etxebarría Franco exhumó a los muertos por la "barbarie" roja.

¿Cual es la parte de la LMH. que no le gusta a Leguina? No será esa que obliga por ley a retirar de la vía pública las huellas de la dictadura. No, no comprendemos esa cerrazón que lleva a negar justicia y reparación para los vencidos y a justificar la guerra civil, como una guerra justa o inevitable, donde, como ambos bandos cometieron atrocidades, es mejor no hurgar para no retomar un debate guerracivilístico y que las viejas heridas permanezcan cerradas para siempre.

Dice Leguina que "sabemos a través de Koestler (autor de El cero y el infinito), entonces encarcelado por los franquistas en Sevilla, que García Atadell estuvo en aquella cárcel y allí le dieron garrote. Probablemente, sus restos reposen en alguna fosa común de algún cementerio sevillano y ahora podrían ser exhumados... ¿Con honores?", Primero, antes de escribir barbaridades como esta, debiera de cerciorarse donde está enterrado ese criminal. Y segundo, ¿no le preocupa más saber que otro asesino mayor que Atadell está enterrado en la basílica de la Macarena con todos los honores (con todos los horrores, más bien-?

Si la familia de Atadell reclamara su restos estaría en su derecho a enterrarlo con todos los honores que ellos creyesen oportuno. Este mal ejemplo que usa Joaquín Leguina, se usa para sembrar dudas y decir: cuidado señore,s las fosas están llenas de asesinos que no merecen el mínimo esfuerzo. Por lo cual dejad de remover la "mierda".

Xavier Horcajo en un post dejado en la gaceta.es nos ha vuelto a recordar a Leguina. En un intento de salvar los muebles a los machistas del PP, recalca que en el PSOE también hay machistas -y tú más-. Para eso usa una frase que debió de leer en un libro de Joaquín Leguina:
En efecto voy a hablar de Carme-Carmen Chacón, ministra de Defensa que se hacía llevar el bolso por una “edecana” oficial de marina. Fue su marido (¿machismo socialista?) quien le dijo a “José Luis” (Rodríguez Zapatero) “Oye si buscas a una mujer para el cargo pon a la mía que es catalana y que además está embarazada”. El marido es Miguel Barroso, basketfriend de ZP; así que dicho y hecho, el PSOE utilizó la preñez de Chacón. Todo vale, no importó que todos sean rabiosos abortistas y que les parezca bien acabar con nasciturus como quien se corta las uñas. Es solo política ¿O debería decir business?

La frase marcada en negrita la incluyó en un libro el expresidente Leguina, pero no, el no la escuchó de primera mano, se la contó un pajarito. Con socialistas así, quien necesita conservadores que te pongan piedras en el camino. Joaquín Leguina es uno de esos ejemplos de socialistas a no seguir. La LMH y el Estatut catalán fueron apoyados apoyados por Leguina cuando este formaba parte del parlamento. Votó a favor. Ahora dice que se equivocó.

Ya han pasado cerca de 7 años desde que la LMH viera la luz, y los vaticinios de la derecha conservadora -no hay otra- no se han cumplido. Ni se han abierto viejas heridas ni nos estamos pegando tiros los unos a los otros por ser rojos o fachas. Los únicos tiros que hemos visto hace muy poquito son los que han descargado sobre la presidenta de la Diputación de León don militantes de su propio partido. Un terrible crimen donde los descerebrados han aprovechado las redes sociales para tomar protagonismo.