miércoles, 26 de abril de 2023

 



El mausoleo acoge los restos de al menos 33.847 personas de ambos bandos: el vencedor y el perdedor en la Guerra Civil, según los registros de los monjes benedictinos. Franco pensaba que el complejo estaría construido en cinco años, pero fueron 18. Casi 20.000 hombres, muchos de ellos cautivos de guerra y presos políticos, recuerda Casanova, trabajaron en su construcción. El entusiasmo inicial para que las familias de “los caídos en la Cruzada” trasladaran sus restos fue cayendo y cuando los Ayuntamientos fueron requeridos por una circular para informar de la existencia de fosas en el municipio, muchos, como el de Cogul (Lleida), contestaron que sí tenían, “pero son caídos del Ejército rojo”. Franco decidió entonces alimentar su mausoleo también con restos de fosas de republicanos. Pero su discurso el día de la inauguración muestra que esa coincidencia no obedecía a un espíritu de reconciliación: “No sacrificaron nuestros muertos sus preciosas vidas para que nosotros podamos descansar. La antiEspaña fue vencida, pero no está muerta. Periódicamente, la vemos levantar cabeza”.

Preston es partidario de trasladar los restos del dictador fuera del Valle de los Caídos, como ha garantizado que hará el Gobierno. “Es una buena iniciativa porque mientras estén los restos de Franco, seguirá siendo un lugar de peregrinaje para los partidarios de su dictadura”. Santos Juliá no cree, sin embargo, que se pueda convertir el Valle de los Caídos en algo diferente. “Es imposible resignificarlo, pero tampoco es lógico que siga significando lo mismo. El mejor destino de ese sitio es su ruina. No volarlo, sino dejar que se derrumbe, que el tiempo lo devore, después de exhumar el cadáver de Franco y entregar los restos a su familia. Los benedictinos podrían ir a otro monasterio”. El historiador considera que hay consenso suficiente para trasladar los restos del dictador. "Ni al PP se le ocurre ya utilizar a Franco o el lugar público que ocupa como parte de su proyecto político". Y es partidario de construir en otro enclave un memorial para todas las víctimas, tanto las que murieron en un campo como en otro. “Es una cuestión de Estado”, afirma. “Si no se pudiera identificar a todos [los enterrados en el Valle de los Caídos] individualmente y las familias quisieran, podrían ir a ese memorial. Ahí, por supuesto, no caben los restos de Franco, porque no es una víctima, es el vencedor de la Guerra, pero sí los que murieron en los primeros meses bajo la autoridad del Gobierno de la República. La democracia no puede hacer lo mismo que la dictadura: recordar solo a los suyos. Y eso no significa una equiparación de nada”.

491 traslados

El Valle de los Caídos, en cifras

- Alberga los restos de al menos 33.847 personas, según los libros de los monjes benedictinos.

-Las obras comenzaron en 1941 y el monumento se inauguró 18 años después, el 1 de abril de 1959.

-Trabajaron en su construcción cerca de 20.000 hombres, muchos de ellos, presos políticos.

- La cruz que preside el complejo monumental mide 130 metros de altura.

- Según Patrimonio Nacional, el coste total de las obras de construcción del Valle de los Caídos fue de 1.086.460.331 pesetas (el equivalente a 247,5 millones de euros hoy).

Los traslados de cuerpos hasta el Valle de los Caídos empezaron en 1959 y terminaron en 1983. Hubo, en total, 491 operaciones de este tipo y los cadáveres procedían de fosas y cementerios de todas las provincias salvo Ourense, A Coruña, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. De los restos inhumados en el mausoleo, 21.423 corresponden a víctimas identificadas y 12.410 a personas desconocidas, según la documentación de Patrimonio Nacional.

Casanova cree que es prioritario dar una solución a quienes tienen familiares enterrados en el Valle sin su consentimiento. En cuanto a qué hacer después, opina: “Se habla del ejemplo de la ESMA [centro de torturas de la dictadura argentina, hoy lugar de memoria], pero está en el centro de Buenos Aires. Esto está muy lejos. Creo que el Valle de los Caídos debería ser un monumento explicado. Es el mejor sitio para contar la simbiosis entre política y religión”. En cualquier caso, para el historiador el problema va más allá del mausoleo. “La democracia no ha sabido qué hacer con Franco ni en el Valle ni en los libros de texto. Es una anomalía tenerlo ahí, pero da igual sacarlo si no se aborda un cambio profundo en la enseñanza de la historia. Franco murió en la cama, 30 años después que los principales líderes fascistas, pero compartió con ellos crímenes e ideas. No puede blanquearse ese pasado”.

Preston opina que si la democracia no actuó antes fue “por miedo a las posibles reacciones de la derecha”. “El proceso de lavado de cerebro nacional que se hizo en el franquismo ha dejado unas generaciones que todavía tienen una visión muy positiva del dictador”, apunta. Hoy, “con las reformas propuestas y una obra de educación” cree que sería posible democratizar el Valle de los Caídos. “Podría ser a la vez un museo, un centro explicativo y un lugar de reconciliación, ya que es un lugar donde hay cadáveres de víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil española”. 

miércoles, 19 de abril de 2023

Votad malditos


 Dice un amigo por Facebook que:

EL REY EMÉRITO ES UN LADRÓN

Lo dice Joaquín Urías. Lo que no entiende este exmiembro del Tribunal Constitucional es que no tenemos una democracia de verdad, sino un sistema oligárquico con personajes impunes a las leyes y eso, en democracia es inviable.

Más adelante en un comentario agrega:

Y estos podemitas legitimando al sistema cuando hay que ir a votar En vez de abtenerse e ir en contra de este Régimen del 78 van a legitimarlo cada vez que hay elecciones. Una incoherencia en total.

España es una democracia homologable al del resto de Europa, incluso por encima de los EE. UU. que tiene un sistema desacaradamente manejado por las oligarquías financieras. Por tanto, EE. UU. es un sistema plutocrático. En realidad toda democracia liberal está a merced de los intereses económicos de las oligarquías. Por eso un servidor no cree en la democracia liberal mientras los poderosos puedan imponer sus designios a las élites políticas. Esto es un mal endémico y uno de los graves males del capitalismo.

Pero esto no quiere decir que cuando se convoquen elecciones la mejor opción sea quedarse en casa. Lo que ha logrado Podemos y sus votantes es romper el bipartidismo. Si ganan las derechas en el próximo Gobierno de la nación tendremos a Feijoó en la presidencia y a Santiago Abascal en la vicepresidencia. Y un servidor por ahí sí que no pasa.

Es una ensoñación absurda pensar que una abstención masiva haría caer al Régimen del 78. Según pretendía el abogado Antonio García-Trevijano, despues de la gran abstención la masa popular saldría a la calle, como en la instauración de la II República, y por fin tendríamos la tan esperada por muchos III República. Y un huevo de pato. Estamos hablando de la España anestesiada, donde nos suben la edad de jubilación y nos pisotean los derechos, y los únicos que se manifiestan son un puñado de jubilados. Para que el sistema callera tendría que salir España entera a la calle y en actitud muy enfadada. Y no caería todo el sistema, porque los que se encargarían de montar la III República serían los mismos que mangonean el Régimen del 78; o lo que es lo mismo, las élites.

La II República vino porque los socialistas, junto a los republicanos, aprovecharon el resultado plebiscitario de las elecciones locales que le demostraron a Alfonso XIII que ya no tenía el amor de su pueblo. ¿Quién se iba a encargar de configurar la III República? ¿El fantasma de Antonio García-Trevijano? ¿El youtuber Rubén Gisbert y los cuatro pirados que le ríen las gracias? ¿O acaso lo que queda de la secta del MCRC? Amigo Javier, serían las élites las que tomarían las riendas. Es como mínimo patético pedir la abstención para hacer caer el sistema. 

Antonio García-Trevijano fue un personaje un tanto oscuro que estuvo primero en la Junta Democrática, y después en la Platajunta siendo su portavoz. Una vez disuelta esta última plataforma se deshicieron sin mayores dificultades de García-Trevijano. Si este abogado en vida no consiguió esa abstención masiva, ¿cómo sus seguidores se plantean si quiera pedir la abstención para hacer caer al Régimen del 78? Absurdo lo mires por donde lo mires.

Los podemitas votan contentos en los comicios electorales, porque de entre lo malo han encontrado una opción con la que ir a depositar el voto en la urna. Y si desaparece Podemos pueden volver a votar al PSOE o a IU como mal menor. Porque los votos no son de nadie. No olvidemos que antes de Podemos, Ciudadanos y Vox, se votaba masivamente al PP o al PSOE. Si acaso desaparecieran los partidos alternativos, tengan ustedes por seguro que volveríamos al bipartidismo de las mayorías absolutas.

Por todo esto: YO VOTO, y no estoy legitimando algo que lleva cuarenta años legitimado.


sábado, 15 de abril de 2023

Catorce procesados, por el asalto a la facultad de Derecho



HEMEROTECA 

EL PAIS. 06 feb 1979 - 23:00 UTC

Diez presuntos asaltantes de la facultad de Derecho han pasado a prisión incondicional; cuatro salen en libertad bajo fianza, y a siete les ha sido sobreseído el sumario. Este es el resultado de la decisión judicial respecto, a los veintiún detenidos. Otros dos jóvenes detenidos últimamente también han pasado a disposición judicial. Ayer por la mañana, miembros de un grupo ultraderechista que esperaba ante el Palacio de Justicia agredió a un periodista de Europa Press.

El magistrado titular del Juzgado de Instrucción Central número uno ha decretado la prisión incondicional de Juan José Riestra, Pedro Presa Mendicovague, Santiago Adán Rivero, Juan Bautista de la Hoz Pidal, Roberto Enrique Talens Sariz, Federico Javier y Joaquín María Fernández Otero, Emilio Nistal Martín de los Serranos, Ignacio y Fernando José Fernández Arrarte.Asimismo ha decretado la libertad bajo fianza de 75.000 pesetas de José María Carreras Aranguren, jefe provincial de Fuerza Joven de Madrid y candidato al Congreso con el número dieciocho en la lista electoral del partido Unión Nacional, de veintisiete años de edad y de profesión industrial. Fue en el local de Fuerza Joven donde se decidió, en el transcurso de una reunión, asaltar la facultad, según las diligencias policiales. Y libertad bajo fianza de 40.000 pesetas para Ildefonso José Luque Safinz, Luis Eugenio Togores Sánchez y Jaime Fraga García-Valdés; estos fueron los primeros detenidos junto a Riestra Mañaru (prisión incondicional), en un coche donde se intervinieron varios objetos contundentes.

Finalmente, ha sido sobreseído el sumario de Jacobo y Santiago Pedrosa González de Castrejón (hijos del ex procurador en Cortes Antonio Pedrosa Latas); Pedro Ruiz Rodríguez, de 31 años, electricista, que conducía un jeep durante el asalto y al que se le ocuparon dos pistolas; Joaquín López Martínez e Ignacio González Ramírez, ambos dirigentes del Frente de la Juventud, en cuya sede se ocuparon objetos contundentes y dos rifles del calibre veintidós a nombre de los dos citados; Juan José Molina González, que comandaba uno de los grupos asaltantes; y Abelardo Pons López, militante del Frente de la Juventud, comandante del grupo de asalto de la puerta principal, que actuó encapuchado y realizó varios disparos con una pistola del nueve largo, la cual recuperó la policía en base a la información que Pons facilitó sobre el descampado donde se deshizo de ella.


Por otra parte, fruto de las últimas investigaciones policiales, han sido detenidos y puestos a disposición judicial los hermanos Francisco Javier y Francisco José Barranco López de San, de diecisiete y dieciséis años, respectivamente, graduado escolar, el primero, y estudiante de EGB, el segundo.


Ayer por la mañana, uno de los jóvenes que esperaban la salida de los detenidos agredió a puñetazos al periodista de Europa Press José Yoldi. Momentos antes de la agresión algunos de estos jóvenes, que habían increpado a los periodistas para que se fueran de allí, preguntaron al redactor judicial de Europa Press si pertenecía a Diario 16; posteriormente lo acusaron de pertenecer a Comisiones Obreras, añadiendo otros insultos, informa la citada agencia. El agresor golpeó al periodista en el abdomen, le arrancó una insignia de solapa del Consejo de Europa y le dio un puñetazo en la cara.

La Segunda República: por un cambio de secuencia

.Celebración de la proclamación de la II República el 14 de abril de 1931.Universal History Archive (Universal Images Group via Getty)



Gutmaro Gómez Bravo
14 abr 2023 - 03:30 UTC
EL PAÍS

No se puede seguir considerando la experiencia republicana española como la antesala de la Guerra Civil, sino como el comienzo de la democracia


La enorme tragedia que supuso la Guerra Civil y el peso de los mitos fundacionales de la dictadura, de la educación y de la propaganda franquista han provocado que la Segunda República española se siga viendo como causa y antecedente directo del conflicto armado que fracturó a los españoles; aunque hace tiempo que ha sido desmentida por la historiografía, la visión de una guerra inevitable, fruto de los desmanes de la República, permanece en el imaginario colectivo. Son muy pocos, de hecho, los estudios que no enfocan retrospectivamente el período republicano desde su trágico final. Una de sus principales razones entronca con la periodización clásica de la historia de España. Consolidada en los libros de texto a lo largo de los años 80 y 90, su parcelación en sucesivas secuencias sigue prácticamente intacta: la Segunda República (1931-1936), la Guerra Civil (1936-1939), el franquismo (1939-1975) y la Transición (1975-1982). De este modo, de forma consensuada, seguimos reproduciendo un esquema mental heredado, en el que la República llevó a la Guerra Civil. Esquema que se extiende y manipula a gran velocidad en el mundo digital y las redes sociales, por lo que es cada vez más importante mostrar el significado que tuvo la Segunda República en tiempos de paz.

Su historia se puede entender como parte de un proceso anterior sin necesidad de eludir el conflicto bélico. Del agotamiento de la Restauración y de la crisis de la monarquía, tras la solución autoritaria de la dictadura de Primo de Rivera, emerge el proyecto de modernización republicano vinculado a la europeización, la democratización y los derechos como instrumentos necesarios para la transformación legal del país. Hay que partir de la realidad social y económica de las primeras décadas de siglo XX, para situar sus políticas reformistas y las expectativas que generaron. El primer régimen democrático de la historia de España estuvo caracterizado por una amplia participación política, hasta el momento restringida solo a una minoría. Sus motores de cambio quedaron recogidos en la Constitución de 1931, aprobada en Cortes Constituyentes, que, además del parlamento unicameral, sancionaron el sufragio femenino y la edad electoral a los 23 años. Daba comienzo un ambicioso paquete de medidas que abarcaban múltiples aspectos, desde la reorganización militar, la reforma agraria, un nuevo marco de relaciones laborales y de derechos civiles para hombres y mujeres, a la separación Iglesia-Estado, la educación pública y la difusión de la cultura, así como la puesta en marcha de una nueva articulación territorial en torno al llamado Estado integral. Un proceso de descentralización que descansaba en la reforma del Estado y de la vida pública municipal. Todo ello tiene entidad suficiente para ser considerado y estudiado por sí solo, con independencia de la Guerra Civil. Los debates parlamentarios sobre las reformas y la propia Constitución, sin ir más lejos, son uno de los momentos más brillantes del pensamiento político español. Y, sin embargo, han sido desplazados por el énfasis en demostrar el desgaste inicial y la pérdida progresiva de apoyos del proyecto republicano. Otro tanto ocurre con las resistencias y los límites de las reformas impuestos por los sucesivos gobiernos de coalición, que, a menudo, dirigen la cadena de acontecimientos que conducen al golpe de Estado de julio de 1936.

Más que una reconstrucción del periodo, ha podido la evaluación del proceso reformador en términos actuales de democratización. Desde el principio se ha mostrado un choque de enemigos ideológicos, cuando no fue necesariamente así. Un enfrentamiento entre favorables y contrarios a las reformas dirige la evolución del “caos” republicano hacia una conflictividad sostenida y creciente. La Sanjurjada, Casas Viejas y, sobre todo, la Revolución de octubre de 1934 se convierten, automáticamente, en bloques revolucionarios y contrarrevolucionarios, que aplican sus respectivas “lógicas” violentas, tanto en las elecciones de febrero de 1936 como en el posterior golpe militar, haciendo inevitable la guerra. Las reformas tuvieron que enfrentarse a una fuerte resistencia y oposición desde el principio, es cierto, pero también a otros muchos factores derivados del marco internacional, que suelen pasar desapercibidos en la secuencia clásica. Marcado por los efectos de la crisis económica mundial del 29, el paro agrario se disparó. La conflictividad social fue en aumento, al tiempo que las demandas y acciones del movimiento obrero se radicalizaban. Movimientos y partidos de masas como el fascismo o el nazismo alcanzaban el poder y extendían su dominio. La democracia, en retroceso en todo el continente, se desarrolló en una situación política y social muy compleja, en la que, sin embargo, floreció un brillante momento de la cultura y las bellas artes, impulsadas por la reforma educativa y científica republicana.

Frente a la imagen que ha predominado hasta ahora, la de un proyecto fallido por la violencia política, hay que entender que la Segunda República fue, para muchos de sus coetáneos, el primer intento de solucionar los conflictos de forma pactada y pacífica. Una lectura, una secuencia necesaria todavía para la normalización del periodo. En ese contexto de cambio legal, marcado, también, pero no solo, por la tensión y la división creciente de la sociedad, se desarrolló la dinámica reformista republicana. Lejos de visiones tremendistas o mitificadas, de utilizaciones presentistas, hay que analizar esa etapa como la del comienzo de la democracia, no solo para la clase política sino para el conjunto de la sociedad española. Es necesario ver las dificultades y los errores de aquel tramo, sus fallos e imperfecciones, sobre todo en el mantenimiento y control del orden público, pero no se puede seguir considerando como la antesala de la Guerra Civil. La mayoría de los regímenes republicanos surgidos en Europa al término de la Primera Guerra Mundial habían desaparecido a comienzos de los años treinta ante el empuje de los movimientos autoritarios. Nadie les acusa hoy por ello. La causa principal de la guerra fue el fracaso del golpe militar y la ruptura del Ejército. Su extensión geográfica y la intervención extranjera derivaron en un largo conflicto que sentó las bases de la dictadura franquista. La Guerra Civil fue, por tanto, el arranque del franquismo, una nueva secuencia que puso fin a la breve experiencia republicana.

Gutmaro Gómez Bravo es profesor titular de Historia Contemporánea y director del Grupo de Investigación Complutense de la Guerra Civil y el Franquismo.