martes, 22 de abril de 2014

El asesinato de los hermanos Pla y la petición de clemencia del obispo de Badajoz.


Antiguo garage Pla
Luis Pla y su hermano Carlos Pla, no habían tenido ningún cargo político durante la República, pero
sí pertenecían al partido de Azaña, Izquierda Republicana, Un partido republicano: ni marxista ni revolucionario. Los hermanos Pla pertenecían a una familia acomodada y regentaban el famoso garaje Pla, actualmente el local sirve como  sede del Colegio Oficial de Abogados de Badajoz.

Los hermanos Pla no habían tomado las armas para detener a las tropas golpistas y durante "los días rojos" intercedieron por los presos de la cárcel Provincial. Según relato de Luis Pla (hijo):
Nosotros vivíamos en la calle que conduce hacia la cárcel que había entonces.Y, un día, pasaron por ella milicianos y gente del pueblo en dirección a la cárcel, con intención de asaltarla y cargarse a los derechistas que estaban allí. Entonces mi padre avisó al secretario de Izquierda Republicana y a un dentista, también de IR., y los tres se fueron al Gobierno Civil a presionar al gobernador para que cerrara las puertas y a que enviase más guardas de asalto.
Así fue, el envío de guardias de asalto frustró un asesinato en masa. Tenemos que saber que unos 300 presos derechistas eran custodiados en la cárcel de Badajoz. La crem de la crem de la derecha se encontraba presa, por eso, no es arriesgado pensar, que el bajo número de asesinatos que se produjo durante "los días rojos" fue debido a la inaccesibilidad de las posibles víctimas. Los que pudieron huyeron, algunos se escondieron -es el caso (entre otros) del obispo José María Alcaraz, que, según Luis Pla, se escondió en casa de un boticario-, y los más fueron encarcelados con el fin de que no se adheriesen al Golpe de Estado, una medida injusta, cómo tantas que se tomaron durante la intentona golpista y la posterior guerra. El problema radicaba en que la trama no solo era militar, sino que había una rama civil, por eso todo derechista era sospechoso de golpismo. Haber permanecido preso durante los inicios de la Guerra Civil te podía salvar de la muerte, también es cierto que esas cárceles no te garantizaban nada, en infinidad de ocasiones una saca podía acabar con la vida de gente inocente. Sin embargo, como ha demostrado Francisco Espinosa Maestre, en su obra La columna de la muerte, la inmensa mayoría de los presos (de las poblaciones extremeñas que él estudió) encarcelados conservaron la vida. La excusa de los golpistas fue: "no les dio tiempo". ¿Cuanto se tarda en apretar un gatillo?

Retomando la tragedia de la familia Pla, ellos también se escondieron cuando moros y legionarios asaltaron Badajoz. Un amigo carlista les dio cobijo, cobijo que fue mutuo -ese amigo carlista se escondió en casa de los Pla a raíz del 18 de julio-. Este amigo tradicionalista les dice a los Pla que es mejor que se entreguen que están matando a todos sus compañeros de partido. Los Pla acceden a entregarse una vez que interceden por ellos a Yagüe. Según relato de Luis Pla:
Yagüe esta alojado en la casa de doña Magdalena, madre de uno de los tíos de mi padre. Este y otros tíos se fueron allí a decirle: "Nuestros sobrinos son gente de orden". Y Yagüe les replicó: Si no se han manchado las manos de sangre -lo dice él, que se las estaba manchando hasta el cuello-, no les va a pasar nada. Que se entreguen. Y que me presenten avales de que esto es como ustedes dicen...
Según nos sigue informando Luis Pla, los avales se buscaron entre la gente rica pacense, entre los que se encontraba el obispo José María alcaraz. El obispo de Badajoz accedió a encontrarse con Yagüe para pedir por la vida de los hermanos Pla. El día en que el obispo se decidió visitar al tte. coronel falangista, el director del Hospital Provincial, médico y familia de doña Magdalena, había ido a visitar a Yagüe, por lo visto tenía problemas de garganta. Mientras ambos desayunaban entra el obispo:

-¿Qué quiere usted, señor obispo? -le pregunta Yagüe sin levantarse siquiera.
 -vengo a interesarme por los Pla, porque me han dicho que los van a matar.(Claro estaban matando a todos los izquierdistas que encontraban). Y Yagüe le contesta:
-¡Señor obispo, para que algunos vivan como usted, otros tienen que morir! Buenos días...
Este diálogo ha sido extraído del diario de la familia Pinna. Este diario le fue facilitado en el año 2000 a Luis Pla por Matías Pinna. El tte. coronel Yagüe se hospedó en casa de doña Magdalena Gómez viuda de Lopo -en la calle Meléndez Valdes- que era suegra del doctor Fernando Pinna -director del Hospital Provincial-.

Extracto del Diario de Lisboa del día 21 de agosto


No fue la única vez que Yagüe dio esta contestación al Obispo de Badajoz. El Diario de Lisboa el 21 de 1936 publicaba la siguiente noticia:
Cuando hoy almorzábamos en el hotel Majestic de Badajoz, entró (...) Yagüe, que se sentó en una gran mesa con su Estado Mayor. En cierto momento alguien entregó al ilustre oficial una carta que Yagüe leyó atentamente. Se trataba de una petición del obispo de Badajoz a favor de un individuo preso. El jefe del tercio cuando acabó la lectura se volvió hacia unos de sus ayudantes y despachó así: -diga al mensajero que comunique al sr obispo que las personas (en el artículo original se habla en singular: LA PERSONA) por quién se interesa y otras, han sido fusiladas esta mañana. Para que el sr. obispo pueda vivir...
Esta información la extraemos del libro La matanza de Badajoz ante... Para -al menos- uno de sus autores este último relato quita veracidad al diario de la familia Pinna. Es decir el incidente ocurrió en el hotel Majestic no en casa de doña Magdalena.



Nosotros opinamos que el suceso ocurrió en los dos lugares. En casa de doña Magdalena Álvarez, donde fue el obispo en persona, y al hotel Majestic, que envió a un emisario: en ambos casos la respuesta fue idéntica, o casi. Había que asesinar a gente inocente para garantizar el éxito del golpe. ¿A caso se aseguraba la vida del sr. obispo matando a republicanos moderados? Claro que para los golpistas todos eran rojos marxistas judeoblocheviques.