viernes, 18 de diciembre de 2020

La Iglesia también abre las fosas de sus muertos

 En una vieja mina romana, a 30 metros de profundidad, en el pueblo toledano de Camuñas, el médico forense Francisco Etxeberria dirige las labores de localización de víctimas de la Guerra Civil, el mismo trabajo que ha realizado en los últimos 10 años y de forma altruista con el equipo de técnicos de Aranzadi. Pero esta vez todo es distinto. Porque esta vez el forense no ha acudido a la llamada de familiares de fusilados que le piden que saque a los suyos de una cuneta para poner su nombre en una placa, sino a la del arzobispado de Toledo. Porque esta vez las víctimas no son republicanas, sino sacerdotes y gente adinerada y de ideología de derechas fusilada por el bando perdedor de la guerra. Y eso, aunque abajo, a 30 metros, para Etxebarria sea el trabajo de siempre, arriba lo cambia a todo.

Arriba, en la boca de la mina, los familiares de las víctimas claman contra la Ley de Memoria Histórica y la apertura de fosas. Cuentan que aquí hay miles, que esto es "el segundo Paracuellos" y hay quien dice que fueron arrojadas vivas ardiendo. Abajo, el equipo de técnicos sabe ya que hay unos 50 cuerpos, no más, y que cayeron muertos, porque tienen orificios de bala y tiros de gracia. "Decían que había 6.000 personas y no hay más de 60", explica Jorge Teulón, del arzobispado. "Los familiares no tienen ningún interés en sacarlos. La Iglesia ha acudido a la ciencia en este caso para tener la certeza de que aquí hay nueve mártires, que son candidatos a la beatificación. Y parece que está confirmado porque los científicos nos han dicho que una de las víctimas lleva ropa negra extremadamente larga", es decir, una sotana.

Teulón está hoy en la fosa para oficiar una misa por las víctimas. Dioni, familiar de tres de ellas, ha prestado una sábana para el improvisado altar. "Quiero que me amortajen con ella cuando me muera", explica. "A mi abuelo lo mataron por ser cristiano. Y yo conocí a mi padre porque la guerra la ganó Franco". No quiere recuperar los restos de los suyos y se opone a la apertura de fosas. Cuando se le pregunta por qué, si muchos de los familiares de las víctimas republicanas quieren dar sepultura cristiana a los suyos, añade: "¡Eso es mentira!". El sacerdote arranca la misa: "Hemos venido a hablar de paz y reconciliación...".

A 30 metros de profundidad, 10 expertos, entre arqueólogos, forenses, antropólogos y un dentista, continúan clasificando los huesos. "Algunos han aparecido carbonizados pero porque después de arrojarlos echaron maderos y gasolina para que ardieran", aclara Etxebarria.

LOS TRIBUNALES DE FRANCO EJECUTARON A LOS AUTORES

Los asesinos de las personas que fueron arrojadas a esta fosa fueron juzgados y ejecutados por Franco. Toledo fue republicano hasta muy poco antes del fin de la guerra de esta mina de Camuñas no es la única fosa a la que los republicanos arrojaron a sus víctimas. "Gente de los pueblos de donde eran las víctimas nos han contado que en los años 40 se exhumaron fosas y que incluso hubo una familia que pidió que los restos de los suyos fueran llevados al Valle de los Caídos, aunque por la dificultad técnica de rescatar los cuerpos de esta mina, finalmente, le dijeron que no", explica Francisco Ferrándiz, investigador del CSIC, que está elaborando un trabajo sobre diez años de exhumaciones de fosas de la Guerra.

Etxeberria, que ha llevado a cabo más de un centenar, cuenta que en el País Vasco tienen más de 600 peticiones y que sólo tres pertenecen a la represión republicana. "Víctimas hay en los dos bandos, pero uno de ellos ganó la guerra. Y por eso las únicas fosas olvidadas eran las de los republicanos porque las otras se estudiaron y se protegieron durante el franquismo. Esta está señalizada con una placa que recuerda: "Aquí yacen cristianos que dieron su vida víctimas de la guerra 1936-1939".

Ferrándiz y la antropóloga María García Alonso lo saben porque en este caso contaban con mucha documentación. "En las fosas republicanas, la investigación parte de cero, o tienes que esperar dos años a conseguir el texto del consejo de guerra", explican.

EL OBISPO APOYA LA LEY DE LA MEMORIA

A última hora de la tarde el obispo auxiliar de Toledo, Carmelo Morobia, visita la fosa. Se acerca al director de la excavación, el médico forense Francisco Etxeberria, al que da las gracias por su trabajo. El sacerdote Teulón le enseña una medallita religiosa que los arqueólogos han encontrado entre los restos. Y a continuación se produce una escena única y quizá irrepetible porque, tras rezar un padrenuestro, el obispo pide: "Ojalá que esto nos sirva para no repetir nunca las barbaridades que hicimos en la guerra". La Iglesia a la que pertenece, responsable de muchas de las atrocidades cometidas en el conflicto —algunos curas confeccionaban listas de rojos para entregarlas a los asesinos— nunca ha pronunciado una frase semejante incluyéndose como culpable.

Al contrario que los familiares de las víctimas y de la Conferencia Episcopal, Morobia apoya la Ley de la Memoria. "Es de todos. Claro que me parece bien que se abran fosas. Desgraciadamente, todos tenemos que pedir perdón por la guerra y todos tenemos derecho a la Ley de la Memoria". Hace años este religioso impulsó otra exhumación para rescatar los cuerpos de 80 vecinos de su pueblo, fusilados por falangistas. El obispo pregunta al forense sobre las circunstancias de la muerte de los religiosos. "Me ha costado mucho llegar a este lugar", responde Etxeberria. "Hemos tenido que sacar 12 toneladas de tierra. Hemos encontrado los restos de una mujer, de gente muy mayor, con artrosis, y de personas más jóvenes. Los huesos están muy fracturados por las colisiones en la caída", añade. Abajo, la única diferencia respecto a las víctimas republicanas es que han aparecido un gran número de dientes de oro, lo que indica que pertenecían a las familias más ricas del pueblo.

viernes, 20 de noviembre de 2020

Andrés Trapiello: “No hay vidas más importantes que otras, hay vidas bien o mal contadas“

El 4 de mayo de 1971, Andrés Trapiello (León, 1953) y su hermano no quisieron probar tarta en el cumpleaños de su padre. Fue la decisión más importante de su vida. Estalló una discusión violenta tras semanas de tensiones. La mesa se quedó en silencio ante los gritos de los tres, y sólo su tío, el cura, creyó cortés intervenir para gritar: “¡Yo he estado en una guerra, yo he estado en una guerra!”. Casi medio siglo después, Trapiello recuerda de ese tío suyo: “Era el hombre más bueno del mundo y en absoluto belicoso, pero no encontró un modo mejor de decirle a nuestro padre que contara con él si las cosas se ponían feas. Había sido sargento provisional; no sé quién pudo darle los galones”. Los hermanos Trapiello se fueron de casa en ese instante. A Madrid. El escritor se despidió de una chica que se encontró ese mismo día por la calle por segunda vez, la chica del coro. Ella lo acompañó al tren. “También dejaría este pueblo de mierda si tuviese valor”, le dijo. Él no la volvió a ver más. Muchos años después, un compañero de aquel coro le dijo que la muchacha se había suicidado y que había tenido un niño que se llamaba Andrés. “Vivirá acaso”, cuenta Trapiello en el libro Madrid (Destino, 2020), 500 páginas asombrosas sobre su vida en la ciudad, y la ciudad en su vida. Una memoria de Madrid, la ciudad desmemoriada, como pocas. Recibe Trapiello en su casa de la calle Conde de Xiquena el lunes 17 de noviembre. El sol entra por el salón. El escritor, protegido por una mascarilla, se deja caer en el sofá.

Pregunta. Cuenta en el libro que aquí debajo se vendió la primera heroína de Madrid.

Respuesta. El bar se llamaba el Tito’s, con apóstrofo, porque entonces eso lo encontraban en Madrid de lo más chic. Era 1978. Luego lo compró un cura belga, y lo convirtió en un bar de alterne de chicos. Le puso un nombre también muy bueno: Xanadú.

P. Y que movida viene de mover de droga.

R. Sí, eso era así. Movida era de moverse para ir a buscar droga. Se dijo muy al principio. Yo viví con uno que decía: “Bueno, te dejo, tengo que irme a la movida”, que era a comprar costo o perico, como él lo llamaba. Es curioso porque, cuando a Unamuno le hablaban de la ikurriña y de las esencias vascas, él decía que qué es eso de las esencias vascas, “si yo conocí al sastre que confeccionó la ikurriña que vivía en mi misma calle, no me hablen de esencias”, porque es algo de antes de ayer. Todo es de antes de ayer.

P. ¿Quién es esa persona?

R. [Sonríe] Uno de tantos, uno que se movía.

P. Escribe que en aquella época hay una renovación estética que lo es para distinguirse, pero también para liberarse.

R. Pero ahora es lo mismo, y vestís todos igual. No os dais cuenta, pero desde fuera se ve: los zapatos, las camisas, los pelos, las barbas. Todo el mundo tiene barba, como en el siglo XIX. Llegará un momento en que vuestros hijos detestarán las barbas y se dejarán un bigote a lo Clark Gable, no sé. Cada época, y cada generación, necesita distinguirse de la anterior para sobrevivir y para crecer. No puedes estar constantemente constreñido por el legado. La emancipación, en todos los sentidos, pasa también por la emancipación de la ropa y los suplementos.

P. Todo se recicla.

R. Es una de las teorías que yo tengo de Madrid. Como decía Cañabate, vamos de lamento en lamento, siempre estamos quejándonos de si han quitado esta cosa, o si han quitado la otra, o si han hecho esta cosa tan fea. Bien, pero todo acaba poniéndose bonito. El churrigueresco y ese barroco excesivo de Madrid los neoclásicos lo encontraban detestable y destruyeron lo que pudieron. A nadie se le ocurriría ahora tirar la fachada del hospicio donde está hoy el Museo Municipal. Incluso tiene una gracia inmensa, pues es un edificio que estuvo a punto de echarse abajo hace menos de cien años porque lo encontraban muy feo. A mí hoy los pantalones campana que yo llevaba me parecen espantosos, pero si mañana unos chicos los llevan me parecerá estupendo, porque lo que hace bonitas las cosas es el espíritu con que se viven, la juventud y la luminosidad con la que se vive eso. Hay muy pocas cosas feas, realmente, en cuanto a estética; morales hay muchas cosas feas. Y lo que encontrabas muy elegante al cabo de cincuenta años te da un cierto alipori, y al cabo de ochenta la gente lo vuelve a encontrar bonito. Estamos constantemente reciclando cosas que nos parecen espantosas.

P. Se ha estrenado Anatomía de un dandy, un documental sobre Umbral en el que se habla mucho de Madrid, como es natural. Y Ángel Antonio Herrera dice que la ciudad la describen, a finales de siglo, Sabina, Almodóvar y el propio Umbral.

R. Sí, claro. Pero en Madrid todo tiene una caducidad muy corta, lo que brilla lo hace como un fósforo: un fulgor que se agota pronto porque viene otro fulgor parecido. En los años noventa esos tres acaparan el fulgor de Madrid, pero ese Madrid se apaga inmediatamente y viene otro fulgor.

P. ¿Casi siempre de fuera?

R. Los de fuera a Madrid hemos venido por un lado a que nos dejen en paz, como dice tu paisano Rafa Latorre, y por otro a vivir. Como llegamos llorados de casa, la gente no te da la torrada constantemente y, como además es una ciudad donde no hay problemas identitarios de ninguna clase, no hay problemas de victimación.

P. Su libro es duro y tierno con la ciudad.

R. Es que la ciudad es oscura, pero el espíritu de los madrileños acaba haciéndola luminosa, y muy circulada, muy aireada. La gente no se fija mucho en lo feo de Madrid. Madrid es una ciudad que está constantemente destruyendo y, por contraste, es una ciudad donde los individuos están constantemente construyéndose. Esto es una paradoja, pero es así lo que ocurre. Madrid se está cayendo a pedazos siempre, pero al mismo tiempo es dónde más se ha construido. Y las gentes vienen a construirse y a hacer sus vidas. Y esa mezcla de las dos cosas produce esa impresión como de café irlandés, caliente y frío al mismo tiempo. Ese buen rollo es lo primero que perciben los forasteros.

P. Dedica unos párrafos al Madrid de Umbral y Cela.

R. Umbral conmigo se portó siempre maravillosamente. Le he encontrado un talento un tanto agreste, un tanto asilvestrado, pero lleno de fogonazos y de un cierto temblor. Cosa que no he encontrado en Cela. Así como Cela no me ha parecido nunca una buena persona, por lo menos literariamente, Umbral sí. Umbral era un hombre que se compadecía de las criaturas. Él es consciente de que sus libros solo pueden hacerse con los demás. Los libros de Umbral están hechos de gentes; los libros de Cela siempre los he visto hechos de Cela, y eso es lo que me separa de él. Hay una especie de desprecio a los personajes, por eso no entendía que se le dijera barojiano. Esto de la literatura es muy raro.

P. ¿Por qué?

R. Umbral detesta a Baroja y, sin embargo, es mucho más barojiano que Cela, que dice que le gusta mucho Baroja, cosa que no es verdad. Baroja sí tiene un punto de ternura hacia los personajes. En La busca, La lucha por la vida… esa trilogía es la novela cervantina del siglo XX.

P. Galdós.

R. Es el gran historiador de esta ciudad, el que más la ha humanizado. A Mesonero Romanos, por ejemplo, le interesan las piedras, las casas, el catastro, el urbanismo. A Galdós lo que le interesa son las personas. Lo que ocurre es que a las personas las pone en un decorado y ese decorado es Madrid y no sale en primer plano. Tú cuando estás leyendo Fortunata y Jacinta lo que te interesa es Fortunata, no la calle San Pedro, la Cava Baja, o el Rastro, que salen también. A quien sigues es a Fortunata. Pero el paisaje de Madrid que le da Galdós a sus personajes es también un paisaje moral. Es un paisaje estético que realza la belleza o el carácter de sus personajes. Y esto es lo que, en mi modestia, he tratado de hacer con el libro de Madrid.

P. Explíquese.

R. El libro de Madrid es un libro imposible de escribir, para mí por lo menos. Primero porque los libros de ciudades no se leen: impacientan, se hacen muy largos, buscas solo una pequeña cosa, la consultas y listo, y yo quiero escribir libros que se lean, no libros de consulta. Así que el libro de Madrid no sabía hacerlo de otra manera que contando una vida, que en este caso es la mía en la ciudad. Y un poco a la diabla, trenzando estos mimbres va saliendo el libro un adelante. Yo cuento mi vida y los lectores se interesan, porque los lectores se interesan por las vidas y los eruditos por otras cosas, como debe ser.


P. Tiene problemas con Larra.

R. Muchos. Larra es un escritor espléndido, de una lengua bastante cervantina, pero es un nihilista absoluto. Prácticamente no hay humanidad en él, es frío y calculador. Y además se suicida por una tontería, realmente. De puro nihilismo.

P. Bueno, tontería. Por amor.

R. En principio por una mujer. Yo le admiro muchísimo, me parece un retratista de la realidad fabuloso, pero se podría decir de él lo que decía Cervantes de La Celestina: “Libro a mi entender divino si no fuera tan humano”. A Larra se le podría decir lo mismo, escritor a mi entender divino, si no fuera tan humano. Es un hombre que dice que empieza a escribir porque le mueve la bilis. Yo no creo que de la bilis salga nada, de la bilis salen cosas biliosas.

P. ¿Era un romántico?

R. Es la figura por antonomasia del Romanticismo. Incluso el nihilismo, incluso el pistoletazo con el que se quita la vida. Si no hubiera tenido ese momento de ofuscación, un poco a lo tonto porque la víspera estaba hecho unas castañuelas… Es un suicidio que nadie se explica. Yo creo que se le fue un poco de las manos la cosa.

P. Usted estuvo presente en el desenterramiento de Azorín.

R. Ah, eso es fantástico. De las cosas más increíbles y menos azorinianas que he visto nunca. Azorín murió, el pobre, siendo una momia ya. Se conoce que se había conservado muy bien en la fosa y el alcalde de Monávar, que se asomó, le dijo al notario, juntando los dedos: “Clavado, está clavado”. El pobre notario medio vomitando, pálido completamente, porque tenía que ir a dar cuenta de que era Azorín, y decía: “No, no, vayan ustedes”. Estábamos como cuatro personas allí. Bajaron a la fosa dos sepultureros muy shakespearianos y oímos a uno que dijo, en lo más hondo de todo: “¿Lo quieren ustedes entero o a trozos?”. Todo esto era realmente siniestro pero tenía un lado purísimo: hacía un día azul, de primavera maravillosa de Madrid, y yo me acordé de que Azorín había estado en la exhumación de los restos de Espronceda y le cortó un botón al chaleco de Espronceda. Estaba también el alcalde, que era Rodríguez Sahagún, al que ya le habían declarado un cáncer y estaba ya un poco como Azorín. Y, a todo esto, la banda municipal atacando un pasodoble que se llamaba ‘El nuevo amanecer’. Esto es Madrid, esto lo sabe todo el mundo.

P. El caos.

R. ¡La mezcla! Desde el siglo XVII, desde que Felipe II llega a Madrid y en una misma calle hay tres conventos, una iglesia, siete tiendas, dos burdeles o casas de juego, y mucha gente que vive. Y todo eso en una calle de 30 metros, y se saludan, se conocen, se respetan. Esto ha pervivido hasta la actualidad.

P. En la Guerra Civil: “Una acera de la calle General Ricardos era nuestra y otra de ellos”.

R. De la Guerra Civil creo haber leído bastantes libros, pero de pronto te dice más de un asunto el testimonio de alguien anónimo que vivió ese momento, y ese detalle pequeño es mucho más gráfico que cuarenta tomos militares o políticos. Yo no he visto ninguna cosa más gráfica que esa descripción de General Ricardos.

P. Lo impresionante es que se supiera qué calle es, suelen levantarse cada pocos años.

R. Hay una cosa que me hace mucha gracia de Madrid: es una ciudad de la que hablan mal todos los madrileños, pero todos hablan muy bien de su barrio. El madrileño que ha venido de fuera, del campo, del terruño y que se instala en Madrid reproduce su pequeña provincia y sus pequeños hábitos allí donde está y eso le hace amar, y mucho, el barrio donde está.

P. Quizá más que a la ciudad, a las obras.

R. Obras hay en todas partes. La más importante que se ha hecho en Madrid, probablemente, es Madrid Río, y la cantidad de protestas que originó en un primer momento: que si era una obra faraónica, que si era una obra inútil, que qué vamos a hacer con el Manzanares. Hoy nadie podría prescindir de Madrid Río. Aquí en mi calle, en una de esas obras de verano, levantaron el asfalto y aparecieron los raíles del tranvía. Solamente eso te transporta al momento en que había tranvías y pensabas que ese tranvía sería el que cogía Antonio Machado para venir al café de las Salesas.

P. De Machado cuenta Alfredo Marqueríe que iba al barrio de San Antón a verse con una prostituta.

R. Se veía en la calle que para mí tiene el nombre más bonito de Madrid: Válgame Dios.

P. Y decía Marqueríe que se encontró con ellos, el poeta y la mujer, en una taberna de la red de San Luis, y que ella “se parecía de un modo estremecedor a la Leonor soriana”.

R. Igual que Leonor, sí.

P. Escribe que el día más importante de su vida es el día que llegó a Madrid.

R. Me bajé en la Estación del Norte. Me impresionó mucho la visión de la ciudad, de la que yo tenía solo la idea lejana de una excursión escolar. No me acordaba de nada y mi único conocimiento era por el Palé.

P. Así empieza el libro.

R. Con una maleta en un lugar donde se unen dos calles en el Palé y en mi vida, que es la Avenida de José Antonio —como se llamaba entonces a la Gran Vía— y la calle Leganitos; la calle más cara del Palé, y la más barata. El 5 de mayo de 1971, porque el 4 es cuando me echan de casa. Y cincuenta años después aparezco en un Comisionado de la Memoria Histórica de Madrid para cambiar las calles. Como un protagonista del Palé.

P. En esa comisión estaban todos los partidos.

R. Y el 95% o más de las decisiones que tomamos fue por unanimidad. Propusimos quitar el nombre de un franquista, pero pusimos el nombre de dos franquistas. Esto va contra la ley y estoy orgullosísimo de haber sugerido que se infringiera la ley y la ley se ha infringido en un pleno del Ayuntamiento dando una calle a Edgar Neville y otra a Mercedes Formica. Formidable. Ahora tienen calle contra la Ley de Memoria Histórica.

P. ¿Qué le parece la retirada de honores de Largo Caballero e Indalecio Prieto?

R. Largo Caballero no debe tener monumento, Prieto sí. El argumento en contra para mantener el monumento a Largo Caballero lo dio Paul Preston, que dijo: “Bueno, podría decirse de Largo Caballero que era un político mediocre, pero no un asesino”. Hombre, si tuviéramos que dar un monumento a todos los políticos mediocres en Madrid no podríamos salir de casa. Preston, que sale a defender a Caballero, lo hace como político mediocre porque no puede decir otra cosa mejor. Por tanto, ¿qué hace teniendo un monumento?

P. ¿Por qué dice sentirse viejo y nuevo en Las Vistillas?

R. Porque todos nos quedamos antiguos, pero lo importante es que vayas envejeciendo bien. Madrid, no se sabe muy bien por qué, envejece bien. Quizá porque se renueva. Y Las Vistillas es un ejemplo. Tiene un algo que es todavía muy humilde porque es donde empiezan los barrios bajos. Es el barrio más antiguo de Madrid, el barrio moro, porque lo otro era la ciudadela. Ha conservado siempre ese carácter modesto, popular. En las Vistillas se ponían los puestos de melones y sandías durante el verano, y a mí me parece, cuando voy allí, que ese Madrid provinciano todavía se conserva. Madrid el siglo XIX lo conserva muy bien, del XVII casi nada. Del XVIII muy poco. El XIX se conserva muy bien, entre otras cosas porque ha ayudado a conservarlo Galdós.

P. Cuenta cómo nace el Salón de Pasos Perdidos, sus volúmenes de diarios: “El día en que me dije que quizá valga la pena contar lo que me pasaba a gentes que tampoco esperaban que se lo contara”.

R. El diario es un lugar donde vives con reposo lo que has vivido, nada más. Con reposo quiero decir con reflexión y con intención, como en una obra literaria.

P. Un diario, dice, es un “tendría que haberle dicho, un tendría que haber hecho”.

R. Mis diarios no son una especie de desahogo, o un ajuste de cuentas, porque han pasado diez años y muchas de las cosas se han quedado muy antiguas. Se escriben como diarios y se publican como novelas precisamente porque les doy un sentido, cosa que la vida no tiene. Las vidas no tienen sentido. Tienen sentido las ficciones, por eso las novelas funcionan como ficción. En mis diarios, que ya son unas 14.000 páginas, de quien menos hablo es de mí.

P. Es mucha vida.

R. Una vez me preguntó alguien con mucha malicia que por qué alguien como yo, al que no le pasa nada, tenía un diario tan largo. Y le dije que porque hablo de gente como él y a mis lectores la gente como él les hacía muchísima gracia. Ese es el secreto de este diario.

P. La vida de un hombre corriente, entiéndase corriente como se quiera, puede tener tantas páginas como quiera. Perder un autobús contado con gracia pueden ser tres o cuatro.

R. Absolutamente. No hay vidas más importantes que otras, hay vidas bien o mal contadas. Hace muchos años conocí a la marquesa de Quintanar, Elena Escudero y Ohaco, mujer del marqués de Quintanar, dueño de Acción Española, uno de los más reaccionarios, y que fue la que pagó el avión de Sanjurjo para sumarse a la rebelión de Franco y viajó a Portugal a comprar armas. Luego Franco desterró a su marido a Mallorca. En fin, una vida de cuidado. En Planeta le encargaron unas memorias. Yo la había conocido y era divertidísima, contaba mil historias. Me he puesto a contar mi vida, decía, y lo que puedo contar no tiene el menor interés, así que llevo 16 páginas y no me da más. Tenía una buena vida, pero mal contada daba para 16 páginas.

P. Las cosas sólo le pasan a quien sabe contarlas, escribe Manuel Arroyo-Stephens en Pisando Ceniza.

martes, 10 de noviembre de 2020

La Comisión Europea avala la orden del Gobierno contra la desinformación


 La Comisión Europea ha avalado este lunes el protocolo del Gobierno español para luchar contra la desinformación, incluido en una orden ministerial publicada el pasado jueves. "El objetivo de la orden ministerial es garantizar la participación de España en el plan de acción de la Unión Europea contra la desinformación”, ha indicado en Bruselas el portavoz de la comisión, Johannes Bahrke. El visto bueno europeo al sistema español para prevenir, detectar y responder a las campañas de desinformación llega tras las quejas planteadas la semana pasada por el PP y Ciudadanos que acusaron al Gobierno de crear un “Ministerio de la Verdad” para decidir sobre los contenidos informativos y marcar la actuación de los medios de comunicación.

Bahrke ha recordado que la orden se limita a “actualizar el sistema nacional ya existente para prevenir, detectar y responder a las campañas de desinformación y establece las estructuras de coordinación”. En su opinión, el protocolo español “provee los instrumentos y los actores que garantizan la participación de España en los diferentes instrumentos establecidos por el Plan de Acción [de la UE] contra la Desinformación de 2018”.

El plan europeo estableció un Sistema de Alerta Rápida que dispara las alarmas en tiempo real cuando detecta campañas de desinformación que tengan como objetivo desestabilizar a la UE o a sus Estados miembros. Según el plan, cada país debe designar un punto de contacto, de acuerdo con su propia estructura institucional, para compartir las alertas con las autoridades nacionales de los otros socios europeos y garantizar la coordinación con la Comisión Europea y con el Servicio europeo de Acción Exterior. Bruselas considera que la nueva orden ministerial, que actualiza la aprobada en marzo de 2019 (de la que se informó a Bruselas, aunque no se publicó en España), “garantiza la participación de España en esos mecanismos de coordinación”.

El objetivo del mecanismo europeo es “facilitar que se compartan datos y valoraciones y coordinar la identificación del origen de las campañas de desinformación y la respuesta que se da”, señala una fuente comunitaria. La colaboración de todas las autoridades nacionales y de los organismos europeos permite, según esa misma fuente, “garantizar una mayor eficiencia de tiempo y de recursos en la respuesta”.

Desde 2014, la UE considera que las campañas de desinformación forman parte de la guerra híbrida que Rusia llevó a cabo en Ucrania, donde se combinó la agresión militar y la ocupación de una parte del territorio (Crimea) con un bombardeo de informaciones presuntamente falsas o manipuladas. Bruselas creó entonces una unidad (East Stratcom) destinada expresamente a rebatir las informaciones diseminadas por medios próximos al Kremlin.

Tras el conflicto ucraniano, la Comisión Europea redobló el contraataque para neutralizar la propagación de fake news durante las campaña de las elecciones al Parlamento Europeo en 2019. Y desde el inicio de la pandemia, ha vuelto a intensificar las medidas contra la posible intoxicación informativa.

En 2018, la Comisión instó a todos los Estados miembros a establecer planes y estructuras nacionales para detectar y contrarrestar las campañas de desinformación. En respuesta esa petición, el gobierno de Mariano Rajoy adoptó en marzo de 2019 el procedimiento de actuación contra la desinformación, pero no hizo público su contenido. Ese documento, actualizado por el Gobierno actual, se publicó en el BOE la semana pasada, lo que desató una tormenta de acusaciones desde la oposición.

El líder del PP, Pablo Casado, aseguró que denunciaría el procedimiento en las instancias europeas, en una repetición de los movimientos iniciados contra la reforma del Consejo General del Poder Judicial. En aquel caso, tanto la Comisión Europea como el Consejo de Europa reaccionaron de inmediato y advirtieron al Gobierno de que el proyecto de reforma del CGPJ podía contravenir los estándares europeos.

El viernes pasado, la Comisión Europea indicó que analizaría el protocolo contra la desinformación en el marco de la revisión que lleva a cabo de las medidas excepcionales adoptadas durante la pandemia. El organismo había interpretado que la orden se había aprobado ese contexto, error que de facto ha corregido este lunes al reconocer que el protocolo español respondía, precisamente, a la petición cursada por Bruselas en 2018.

Por su parte, la vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo, ha defendido este lunes el plan del Ejecutivo contra las campañas de desinformación, alegando que no tiene “absolutamente nada que ver” con la libertad de prensa, ideológica y de expresión de este país.

Tras una visita a la Fundación Pablo Iglesias, la ministra ha recalcado que el Gobierno “no tiene una sola mácula en relación a los medios de comunicación” y ha reprochado “a la derecha” que “se ha puesto de moda que cualquier cosa que no entiende o que no acepta va a Europa”. En su opinión, es una actitud “bastante poco entendible”, y se trata de hacer lo mismo que ya se hace en el resto de Europa.

"Hemos visto a grandes cadenas de televisión retirar en directo una información que consideraban que no era real para su población [en referencia a la interrupción de la emisión de la rueda de prensa de Trump en la que acusaba de fraude electoral] Estamos viviendo en un tiempo en el que en cualquier lugar del mundo la mentira se convierte en información y las democracias tienen que luchar contra esto porque forma parte de nuestro derecho constitucional”, añadió Calvo.

La vicepresidenta ha explicado que el Congreso de los Diputados “lleva años" intentado llevar a cabo un plan con este fin y que se trata de combatir “mentiras que desinforman, confunden y pueden alterar el funcionamiento cotidiano de la libertad de opinión, de prensa, ideológica". Lo están haciendo otros países europeos tenemos nosotros que hacerlo, ha insistido Calvo antes de preguntarse: “¿Hay algún partido político que no quiere luchar contra las calumnias para que nuestra democracia sea útil y esté limpia? El Gobierno no tiene dudas”.

El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, también se ha manifestado en una entrevista concedida al diario argentino Página 12 antes de su viaje a Bolivia. Iglesias ha vuelto a cargar contra los medios de comunicación: “Tienen una línea editorial que está determinada por la estructura de propiedad que hay detrás, pero hasta hace un tiempo había una pretensión de verosimilitud, de cierta deontología; hoy en día, los poderes mediáticos que trabajan junto a la ultraderecha asumen que es legítimo mentir”. En su opinión, “la mayor amenaza para nuestros sistemas democráticos es la ultraderecha golpista y el comportamiento de determinados poderes mediáticos que desprecian la verdad”.

Por otra parte, la titular de Defensa, Margarita Robles, ha subrayado que “a ningún Gobierno, y mucho menos en democracia, le corresponde velar por lo que dicen los medios de comunicación". En declaraciones a Antena 3, la ministra ha reconocido que “quizá no se ha explicado bien” el protocolo contra la desinformación. Y ha subrayado que una cosa son las noticias falsas, que es responsabilidad de los medios de comunicación vigilar, y otra las campañas que “de manera organizada y maliciosa pretenden poner en cuestión instituciones democráticas”.

viernes, 6 de noviembre de 2020

El Gobierno vigilará las redes y dará una “respuesta política” a las campañas de desinformación

 El Gobierno hará una monitarización permanente de las redes a la búsqueda de noticias falsas y dará una “respuesta política”, estudiando la adopción de medidas de represalia, cuando se pueda atribuir a un Estado extranjero la autoría de una campaña de desinformación contra España. Así figura en el Procedimiento de Actuación contra la Desinformación, aprobado el pasado día 6 por el Consejo de Seguridad Nacional y publicado este jueves en el BOE por orden del Ministerio de la Presidencia.

El documento prevé la posibilidad de realizar campañas de comunicación para contrarrestar las noticias falsas, aunque no de censurarlas, pero deja en las manos exclusivas del Gobierno la potestad de decidir qué es desinformación. El protocolo actualiza el vigente desde marzo de 2019, que no se hizo público, y regulariza una actividad que se inició ya bajo el Gobierno de Mariano Rajoy.

 

La orden parte de la base de que el uso de noticias falsas dirigidas a desestabilizar un país o interferir en su opinión pública por parte de un tercer Estado constituye una forma de agresión; en especial, durante los procesos electorales, “cada vez más amenazados por la difusión deliberada, a gran escala y sistemática, de desinformación que persigue influir en la sociedad con fines interesados y espurios”. Aunque no menciona casos concretos, la interferencia rusa ha quedado acreditada en la campaña electoral estadounidense de 2016, que dio la victoria a Donald Trump, o en el referéndum del Brexit, en el mismo año.

A la hora de definir la desinformación, el texto se remite a la definición de la Comisión Europea: “Información verificablemente falsa o engañosa que se crea, presenta y divulga con fines lucrativos o para engañar deliberadamente a la población, y que puede causar un perjuicio público”. Eso incluye los procesos electorales, pero también sectores como la salud, el medio ambiente o la seguridad. Así se ha evidenciado, subraya, con motivo de la actual pandemia de covid-19, acompañada de una “infodemia [proliferación de noticias falsas] sin precedentes”.

En aplicación del plan de acción aprobado por la UE en diciembre de 2018, que instaba a los Estados miembros a desarrollar sus capacidades para hacer frente a este fenómeno y a coordinarse entre sí, el Gobierno dio luz verde en marzo de 2019 a un primer protocolo que no se hizo público. El aprobado ahora actualiza y saca a la luz el sistema español de lucha contra la desinformación.

Al frente del mismo sitúa un comité permanente, coordinado por la Secretaría de Estado de Comunicación y dirigido por el Departamento de Seguridad Nacional, con el objetivo de “asegurar la coordinación interministerial en el ámbito de la desinformación”. De este comité forman parte el servicio secreto CNI (Centro Nacional de Inteligencia); el Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad; la Dirección de Comunicación, Diplomacia Pública y Redes del Ministerio de Asuntos Exteriores; o la Secretaría de Estado de Transformación Digital e Inteligencia Artificial del Ministerio de Economía.

El documento reconoce que “los medios de comunicación, las plataformas digitales, el mundo académico, el sector tecnológico, las organizaciones no gubernamentales y la sociedad en general juegan un papel esencial en la lucha contra la desinformación, con acciones como la identificación y no contribución a su difusión, la promoción de actividades de concienciación y la formación o el desarrollo herramientas para su evitar su propagación”. Sin embargo, las asociaciones profesionales de periodistas o de medios de comunicación no estarán representados en este sistema, por lo que la decisión sobre qué es o no una campaña de noticias falsas queda exclusivamente en manos de la Administración.

El texto solo indica que “las autoridades competentes podrán solicitar la colaboración de aquellas organizaciones o personas cuya contribución se considere oportuna y relevante en el marco de la lucha contra el fenómeno de la desinformación”.

El protocolo establece cuatro niveles de activación del sistema. El primero, de carácter técnico, consiste en la monitorización y vigilancia de la red, para detectar y analizar las campañas de desinformación, investigar su origen y propósito, seguir su actividad, lanzar una alerta temprana y elevar el caso a un nivel superior o archivarlo, en función de su trascendencia (grado de expansión de las noticias falsas, persistencia en el tiempo y posibles efectos).

En el segundo nivel, se realiza el seguimiento y evaluación de la campaña de noticias falsas por parte de la Comisión Permanente contra la Desinformación, se activa una célula de coordinación y, si persiste su gravedad, se eleva al “nivel político-estratégico”, que corresponde al Comité de Situación o Gabinete de Crisis del Gobierno, ya en el tercer nivel. Al cuarto y último corresponde la “respuesta política” por parte del Consejo de Seguridad Nacional, que puede ir de la protesta diplomática a la denuncia ante un organismo internacional, entre otras, cuando la autoría de la campaña de desinformación puedda atribuirse a un Estado extranjero.

Respecto a las actuaciones para hacer frente a las noticias falsas, el protocolo menciona el intercambio de información con el Sistema de Alerta Rápida (SAR) de la UE y la coordinación con los StratCom (Centros de Comunicación Estratégica) europeos para la identificación y análisis de “eventos desinformativos”. También prevé la realización de campañas de comunicación pública por parte de la Secretaría de Estado de Comunicación para tratar de contrarrestar las noticias falsas.

En cambio, no menciona la posibilidad de hacer gestiones ante las grandes compañías tecnológicas para que eliminen de sus plataformas contenidos vinculados a campañas de desinformación. Esta es una práctica común de todos los gobiernos, aunque la última palabra la tienen los gestores de las redes sociales.

En realidad, las medidas incluidas en el protocolo se vienen aplicando desde hace tiempo, ya con el anterior Gobierno del PP, que monitorizó las redes para detectar las campañas de intoxicación informativa ligadas al proceso independentista catalán.

El documento anuncia la elaboración de una futura Estrategia Nacional de Lucha contra la Desinformación y la realización de simulacros, tanto a nivel nacional como europeo, para poner a prueba la eficacia del sistema. Como en el Ejército (no en vano, el departamento de Seguridad Nacional está dirigido por un general), se trata de preparase con ejercicios y maniobras para un nuevo tipo de guerra: la guerra de la desinformación.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Asesinato en Mondragón


Marcelino Oreja es hijo póstumo. Nació cuatro meses después del asesinato de su padre, Marcelino Oreja Elósegui, ocurrido en Mondragón el 5 de octubre de 1934. El que fuera, entre otros cargos, ministro de Exteriores en el primer gobierno de Adolfo Suárez y comisario europeo cuenta en el libro autobiográfico ‘Memoria y esperanza’, cómo su madre, Pureza Aguirre, “aunque nunca me incitó hacia el resentimiento de quienes le dieron muerte, sí me inculcó su memoria como el espejo ideal en el que debía mirarme”.

La Revolución de Octubre de 1934 tuvo en el País Vasco uno de sus focos más activos. Si Asturias y Cataluña fueron los dos centros neurálgicos de la insurrección organizada y dirigida por los socialistas, los acontecimientos en Euskadi entre los días 5 y 12 de octubre dejaron un saldo de 42 muertos, centenares de heridos y no menos de 1.500 encarcelados y procesados. Entre las víctimas mortales destacó, por su relevancia política, Marcelino Oreja, que acababa de suceder a su suegro en la Presidencia de Unión Cerrajera, la gran factoría metalúrgica de Mondragón, que entonces empleaba a más de 1.500 trabajadores.

Oreja había nacido en 1896 en Ibarrangelua, pueblo de la costa vizcaína donde su padre ejercía como médico. Hombre de sólidas convicciones cristianas, cursó al mismo tiempo las carreras de Ingeniero de Caminos y Derecho. Desde su época estudiantil trabó amistad con las personas que impulsaron la Acción Católica de Propagandistas, organización que perseguía una intervención eficaz de los católicos en la vida pública.

Carlista por tradición familiar, militó en el tradicionalismo y, proclamada la Segunda República, en junio de 1931 fue elegido diputado por Bizkaia en la misma lista que José Antonio Aguirre (PNV). Católicos y nacionalistas vascos coincidían entonces en su defensa del Estatuto de Estella, que facultaba a Euskadi a pactar con el Vaticano, y en su rechazo a las políticas laicistas del gobierno. Durante el debate de la Constitución republicana, se opuso a la disolución de la Compañía de Jesús, a la extinción del presupuesto de culto y clero y a la prohibición de la enseñanza a las órdenes religiosas.


Josep Pla vio a Oreja como un empresario “saturado de sentido humano”

La huelga revolucionaria de octubre de 1934 le sorprendió en casa de su suegro en Arrasate. Los huelguistas, liderados por Celestino Uriarte, se hicieron con el control del municipio, instalaron su cuartel general en la Casa del Pueblo y proclamaron la “república socialista”. A las cinco y media de la mañana, una llamada telefónica advirtió a Oreja del peligro cierto que corría. “Es inútil que intente escaparse porque será muerto”, escuchó por el auricular. Trató de llamar al cuartel de la Guardia Civil, pero la línea estaba cortada. Se asomó a una ventana del piso superior y comprobó que la casa, situada en el centro del pueblo, estaba rodeada de hombres armados con escopetas y pistolas. Arrodillado junto a su mujer, que estaba embarazada de cinco meses, rezó el rosario y esperó acontecimientos.

Dos horas después, ocho hombres armados llamaron a la puerta. Uno de ellos era Jesús Trincado, militante ugetista. “Dile al amo que baje”, exigieron los asaltantes en euskera. Oreja salió encañonado y con los brazos en alto. Le condujeron a la Casa del Pueblo y le encerraron en una habitación en la que ya se encontraba Ricardo Azcoaga, directivo de Unión Cerrajera. Un cuarto de hora después, entró un tercer prisionero, Dagoberto Rezusta, consejero de la empresa y diputado provincial en las filas del Partido Radical.

El aviso de que llegaban al pueblo tres camiones con soldados procedentes de Vitoria alertó a los revolucionarios. Mientras unos planeaban huir al monte, otros proponían atrincherarse en la Casa del Pueblo y organizar la resistencia. Según el relato de Trincado, en medio del desconcierto, un tal Ruiz, al que apodaban “el fanático”, preguntó al jefe de los insurrectos: “Celestino, ¿qué hacemos con éstos?”. “Llevarlos detrás”, respondió el cabecilla.

Sacaron a los prisioneros por la puerta trasera hacia una huerta y les instaron a que subieran un murete de poco más de un metro. Azcoaga trepó el primero y se volvió para ayudar a Oreja. Entonces sonaron las descargas. “Rezusta quedó muerto en el acto y mi padre resultó malherido, con los brazos abiertos en cruz”, cuenta Marcelino Oreja en sus memorias. Presentaba cuatro heridas: tres de bala en la cabeza, la columna y la mano, y una de escopeta en el brazo derecho.


Seis jóvenes requetés recogieron el cuerpo ensangrentado y lo llevaron a su casa, donde lo recibió su esposa. El sacerdote José Markiegi llegó a tiempo de darle la extrema unción. Sobrevivió apenas veinte minutos. A media tarde, la llegada de dos compañías de infantería del Regimiento Flandes de Vitoria puso en fuga a los revolucionarios. Al día siguiente, Marcelino Oreja fue enterrado en el panteón familiar de Ibarrangelua. Pureza Aguirre nunca volvió a pisar Mondragón.


Los miembros del comité revolucionario fueron detenidos y pasaron una temporada en la cárcel de Ondarreta. Con el triunfo del Frente Popular en 1936 quedaron en libertad. Celestino Uriarte ingresó en el partido comunista. Tras la guerra civil fue condenado a muerte. Cruzó la frontera en 1950 y murió en Berlín en 1979. Juan Ramón Garai ha escrito su biografía (Celestino Uriarte. Clandestinidad y resistencia comunista, Txalaparta, 2008). En ella, el líder obrero niega que diera la orden de ejecutar a Oreja y Rezusta, pero se confiesa “partícipe activo de los acontecimientos del 5 de octubre”, y asume “plenamente los hechos de aquel día”.

Josep Pla, impresionado por la muerte de Oreja, viajó como reportero a Mondragón a finales de octubre. En sus artículos le describe como “patrono modelo” y empresario “saturado de sentido humano”. Para el escritor catalán, era un político “enamorado de la doctrina social católica y, a la vez, del particularismo de su país”, que soñaba con “encuadrar el movimiento obrero vasco en los derroteros de la democracia cristiana”.


La Revolución de Octubre fracasó, pero sus secuelas tendrían una notable influencia en la política vasca. A la postre, en palabras del historiador Juan Pablo Fusi, “marcó la ruptura definitiva entre la derecha y el PNV; si se quiere, entre la burguesía ‘españolista’ vasca y la burguesía nacionalista”.

viernes, 25 de septiembre de 2020

FEDERALISMO DE ESPAÑA

El federalismo español arranca a principios del siglo XIX en el seno del republicanismo, abrazando las ideas de reforma democrática, laica y social, para adquirir perfiles propios como propuesta de organización territorial a partir de la obra de Francisco Garrido (1821-1883) y, sobre todo, Francisco Pi y Margall (1824-1901)

En ese momento el debate sobre la organización política del Estado se situaba entre las propuestas republicanas liberales que nacían de las Cortes de Cádiz, los movimientos Fouriesitas nacidos en Andalucía y que se trasladaron a Madrid y el movimiento krausista en Cataluña que no era exactamente federalista pero pensaba la organización territorial en forma de un estado unitario descentralizado.

Desde la creación del Partido Republicano Federal (PRF) en 1868, el programa sinalagmático de Pi no logró aglutinar la mayoría necesaria para reconstituir España sobre la base de pactos libres entre las regiones históricas. El sector orgánico de Salmerón, Chao y Figueras -partidarios de la descentralización política-, y el más unitarista de Castelar, compitieron por el control del partido y, junto al descontrol de los cantonalismos, contribuyeron a difuminar la idea federal en España.

El andaluz Fernando Garrido (1821-1883) escribió en 1855 La República Democrática Federal y Universal donde defendía el federalismo como una forma adecuada para superar la “variedad” conflictiva de los pueblos. Nicolás Salmerón, representante del movimiento krausista, acabará siendo miembro del partido Republicano Federal, tercer vicepresidente de la República y autor junto a Eduardo Chao del Proyecto de Constitución Federal redactado en 1872.

El movimiento republicano y el socialismo no se decidieron a abrazar el federalismo, sino que asumieron un programa de moderada descentralización regional durante la Restauración y la II República. No obstante, la propuesta federal, ya fuera en su versión orgánica o en la pactista, influyó en dirigentes del PSOE como Fabra Ribas, Araquistáin y Anselmo Carretero, entre otros. Por su parte, el confederalismo de Almirall y de los intransigentes del PRF hizo lo propio en el anarcosindicalismo, los republicanismos catalán y gallego y el marxismo revolucionario de Nin y Maurín.

Fuente: https://federalistesdesquerres.org/es/federalismo-en-espana/

domingo, 20 de septiembre de 2020

Para qué sirve la Guerra Civil

Por diseño o por conveniencia, se utiliza la tragedia para impulsar un relato maniqueo que puede erosionar nuestro marco de convivencia

Esta semana hemos sabido que el exceso de muertes registradas este año en nuestro país supera los 50.000 fallecidos: hay más de un 25% muertos de lo normal. Son las peores cifras de Occidente. Mientras tanto, Funcas augura una caída del PIB del 13%. Naturalmente, el Gobierno ha decidido hablar de la Guerra Civil y la dictadura.

La democracia española no se podía permitir un día más, ha dicho la vicepresidenta sobre un anteproyecto de ley: la democracia española significa la conveniencia del Gobierno. Se invocan los objetivos más elevados para los intereses más estrechos. Lo más importante siempre han sido los cadáveres en las cunetas: algo que no resolvió la ley de Zapatero y que la derecha debería haber corregido. Tampoco fue lo primero que intentó hacer el presidente Sánchez: la exhumación del dictador era más vistosa.

El Gobierno, incapaz de recoger datos fiables de la pandemia, de gestionar una respuesta educativa y sanitaria en lo estatal, incapaz de sacar adelante su ley de la libertad sexual y de ejecutar medidas aprobadas como el ingreso mínimo vital, dice que hará una lista de empresas que se beneficiaron del trabajo esclavo. Recopilará los datos, luego ya verá lo que hace.

Es discutible que la política deba resolver algunos aspectos que cubre el anteproyecto, pero gran parte del asunto es pirotecnia. Otra es más inquietante y paradójica. Catedráticos dicen que no se estudia el franquismo, aunque han formado a generaciones de historiadores y coordinado temarios de selectividad en los que se preguntaba por esos asuntos: son ellos los que vienen a hablarnos de la verdad. Se teoriza sobre un silencio o un problema con el pasado: la producción historiográfica ha sido espectacular, se han escrito novelas y rodado películas. La contienda y la dictadura son nuestra primera industria y guerra cultural.

El franquismo es un almacén infinito útil para golpear a la derecha, pero no se queda ahí. El PSOE, un partido central en la democracia española, parece aceptar a ratos la idea de una anomalía en nuestro país: una visión común en parte de la extrema izquierda. La reactivación política de la Guerra Civil y la dictadura no ataca la Guerra Civil y la dictadura, sino sobre todo la transición y la idea de un pacto donde hubo transacciones: por diseño o por conveniencia, se utiliza la tragedia para impulsar un relato maniqueo que puede erosionar nuestro marco de convivencia. @gascondaniel

martes, 1 de septiembre de 2020

Gustavo Bueno chocheó hacia el nacionalismo rancio español. Segunda parte


Esta entrada es la segunda parte de un escrito donde sacaba a la luz el desaforado nacionalismo de Gustavo Bueno y sus discípulos. La primera parte de aquel artículo lo acabé diciendo que "Existe un reducidísimo grupúsculo pseudomarxista que se ha introducido en un grupo de Facebook de Unidas Podemos para difundir el pensamiento filofascista de Gustavo Bueno". Efectivamente, el grupo se llama, Unidas Podemos. ¡Pronto Gobernaremos! Este grupo está formado por 2.195 personas y el grupúsculo del que hablamos, de momento no son más de 7 individuos. Son muy poquitos pero están compartiendo posts compulsivamente. Algunos de esos posts son lamentables e infantiles:

Le he censurado el careto; primero para mantener su privacidad; y segundo, para no darle un susto a nadie. Los demás posts son propaganda de los discípulos de Gustavo Bueno, y alguna que otra sandez más. Por ejemplo, han compartido un vídeo de Guillermo del Valle Alcalá. Este hombre se considera socialista y jacobinista, En Diario 16 escribió:
No hay nacionalismo de izquierdas, aunque en el erial de la falsa izquierda española se siga buscando, como aguja en un pajar, semejante imposible. Porque el nacionalismo es ontológicamente reaccionario

Guillermo del Valle en esta cita se está refiriendo al nacionalismo de las periferias, pero en realidad el nacionalismo reaccionario es el nacionalismo español, del que participaba Gustavo Bueno y sus correligionarios. ¿Las políticas de BNG, ERC o Bildu son reaccionarias? Si hasta el PNV parece un partido de izquierdas comparado con el Partido Popular o Ciudadanos. Mucho me temo que se confunde todo, Un servidor se puede querer separar del Estado español pero seguir siendo solidario con la clase obrera. Lo que se pretende con el marxismo es crear cierto internacionalismo, o sea unir a la clase obrera mundial, pero jamás han planteado suprimir fronteras. Por cierto, Guillermo del Valle colabora con el canal de TV más reaccionario que hay en España, Intereconomía, y además dice que en los juzgados a las mujeres no se les pregunta si llevan minifalda. No, se le han preguntado cosas peores:


Conversación de Besugos

En uno de mis post en el grupo podemita, donde los puse a caldo, compartí una entrada de un blog marxista donde decían: "Desde hace años la Escuela de Gustavo Bueno ha sido la cuna de los chovinistas de todo pelaje". esta fue la respuesta de los infiltrados: admiradores de Bueno



Bakunin, no era muy amigo que digamos de Carla Marx, en España los comunistas y los anarquistas se llevaban a matar y nunca mejor dicho. Por eso la opinión de Bakunin sobre Marx no puede ser muy afable. Ser centralista, no tiene porque ir acompañado del chovinismo. Según la RAE, Chovinismo es la "Exaltación desmesurada de lo nacional frente a lo extranjero". Entonces el chovinismo promueve una forma de orgullo nacional profundamente acrítica y etnocentrista, que linda con la mitomanía (la idea absurda de que todo lo propio es mejor) y la paranoia (la fijación en la creencia de que los otros amenazan la propia estabilidad). Esta definición casa perfectamente con el Gustavo Bueno de los últimos 20 años y con la obra de sus discípulos.

Otro de esto infiltrados, Pablo, dice que me quiere seguir "humillando con la verdad", y en el comentario siguiente me llama "chaval" (tengo 56 años). Afirma que mi bilis es estúpida y que soy un ignorante además de un cabestro. Pobre gente. ¡Qué equivocados están! A lo mejor se piensan que los únicos que leen son ellos, y que los vídeos que comparten de Insua, Armesilla y Vélez, o del propio Gustavo Bueno, son la verdad revelada. Pues anda que no hay marxistas a quien seguir.

 
He subido varios vídeos de conocidos pensadores marxistas: Atilio Borón, Enrique Dussel, Nestor Kohan (Latinoamérica); Javier Arrizábalo, Carlos Fernández Liria y Luis Alegre (España). Sirva un botón como muestra. 

En realidad un servidor no entra en las teorías marxistas que se inventó Gustavo Bueno, bastante tiene uno con seguir a ciertos pensadores como para sumar a uno más al carro. Bueno no me interesa y su visión de España muchísimo bueno. Ahí es donde quiero llegar al nacionalismo rancio de sus últimos años y a su apoyo al Partido Popular. Esto es lo que parecen no entender estos infilltrados nacionalistas en el grupo podemita. Además, Bueno no se define como marxista, y no lo digo yo.

 

Me gustaría saber que hacen estas personas en un grupo de Podemos si es un partido que aborrecen. ¿Qué extraña diversión esa esa? ¿Provocadores, agitadores, o simplemente chalados?

Gustavo Bueno chocheó hacia el nacionalismo rancio español. Primera parte.

 


En esta imagen vemos a Santiago Abascal y Gustavo Bueno en la Escuela de Verano de Denaes (Defensa de la Nación Española) en 2012.


Esta otra imagen pertenece a un tuit de Santiago Abascal recordando a Bueno el día de su muerte: "Descanse en paz Gustavo Bueno, Filósofo y patriota, que tanto tiempo nos acompañó en la Fundación @fdenaes". No es ningún secreto que Gustavo Bueno colaboraba con la Fundación nacionalista DENAES, y tampoco es ningún secreto que Vox bebe de las enseñanzas de Bueno.Santiago Abascal le confesó al diario el Español que "Gustavo Bueno es sin duda alguna una de mis influencias". Es conocido el nacionalismo rancio y español de Gustavo Bueno y su férrea defensa de la nación española, por eso no es de extrañar esa afinidad entre el filósofo y el jefe de Vox.

Tampoco es ningún secreto la postura reaccionaria de Gustavo Bueno en los últimos años de su existencia:
El filósofo Gustavo Bueno Martínez (1924-2016) fue un adelantado a su tiempo: a principios de los años 2000 pidió la pena de muerte para el entonces lehendakari Juan José Ibarretxe; concretamente, propuso "fusilarlo". También defendió la "implantación de la eutanasia para asesinos convictos" y "un servicio nacional obligatorio sin posibilidad de objeción de conciencia". Alertó además de "la ruptura de España" y urgió la supresión inmediata de las autonomías. Santiago Abascal ha reconocido como una epifanía el momento en que vio al filósofo en un acto público definir "la nación española" frente al concepto de "pueblo español". Leer más...👈

No nos podemos olvidar del apoyo de Gustavo Bueno hacia el Partido Popular. En sus últimos años, se posicionó públicamente afín al Partido Popular (PP) en diversas ocasiones, apoyando la candidatura de Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno de España.​ Defendió también al PP en candidaturas locales.



Tampoco es ningún secreto que uno de los más destacados discípulos de Gustavo Bueno, como Iván Vélez, ha acabado en Vox. Vélez es arquitecto y director de DENAES (ver enlace...👈); Gustavo Bueno Sánchez (hijo del filósofo) es vicepresidente y Santiago Abascal actualmente hace las funciones de secretario de la Fundación, anteriormente fue presidente (ver enlace...👈). 

Iván Vélez se presentó por Cuenca como candidato de Vox y en 2019 volvió a presentarse. No se comió ningún colín pero seguro que seguirá presentándose. Estos patriotas suelen ser muy perseverantes. Por cierto, DENAES se benefició de una subvenciones o mamandurrias (como la derecha suele llamar a las subvenciones) de los Gobierno de Esperanza Aguirre 

... Como ya ocurrió en los últimos años de gobierno de Esperanza Aguirre (también presidenta del PP de la región), para adjudicar estas ayudas no se ha abierto una convocatoria pública. "Las organizaciones presentan sus proyectos y, en función del interés de éstos, se determina la financiación", explicó una portavoz de Presidencia. "No hay convocatoria", admitió. El País. 2007...👈


La Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) recibió 276.801,25 euros en subvenciones de la Comunidad de Madrid entre 2008 y 2012, durante la presidencia de Esperanza Aguirre, según ha podido saber Servimedia a través de una petición de acceso a la información.

En marzo de 2006 Santiago Abascal fundó Denaes junto a Ricardo Garrudo, María Jesús Álvarez y Ricardo Rodríguez. Además, el presidente de Vox, que en 2006 aún era diputado autonómico del Partido Popular, fue elegido por los cuatro fundadores como presidente de Denaes.



La Fundación Denaes, relacionada con el partido Vox, no ha depositado cuentas anuales desde 2014, según confirman a El Salto desde el Patronato de Fundaciones, a pesar de que así lo obliga la Ley de Fundaciones.

La Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) está inscrita en el Registro de Fundaciones desde mayo de 2006. Hasta noviembre de 2014 estaba presidida por Santiago Abascal, que en la actualidad ocupa el cargo de secretario. Su domicilio social y sede están ubicados en el Centro Cultural Riojano en Madrid. Leer más...👈

Mamandurrias, cuentas opacas, Vox, Gustavo Bueno, DENAES... Quién no sea capaz de ver la relación entre Vox, el nacionalismo español y Gustavo Bueno es porque es cegañuto perdido. Evidentemente que Gustavo Bueno padre no era directivo de DENAES (su hijo sí), y esto de las mamandurrias y la opacidad de las cuentas no es un problema del desaparecido filósofo, pero sí demuestra con que tipo de personas confraternizaba. Lo digo porque al parecer las mamandurrias solo son cosa de "progres".

Pedro Insua en un programa de la cadena de extremaderecha Intereconomía

Otro de los discípulos más conocidos de Bueno es Pedro Insua. Él es profesor de filosofía, trabaja en Madrid. También es  miembro del consejo de redacción de El Catoblepas desde su inicio e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. De momento este discípulo de Bueno no ha dado el salto a la política. Su activismo consiste en salir en programas de televisión de la derecha más rancia y escribir artículos igual de rancios que el propio Insua en El Español (todo muy marxista). Algunos podrán argumentar que Pablo Iglesias también acudía a programas de Intereconomía, si pero iba en calidad de "oposición", es decir, era quien llevaba la contraria a todos los tertulianos como Fernando Paz y Eduardo García Serrano. Pedro Insua en Intereconomía es todo lo contrario, un aliado más por su postura nacionalista.

Otro amigo de todos estos es Santiago Armesilla, este es menos mediático que Iván Vélez o que Pedro Insua, pero también se deja querer por las páginas web's y por YouTube. Armesilla administra la revista digital La razón comunista, donde escriben personajes tan relevantes como Andrei Kononov (nótese la ironía).

Estos tres forman el núcleo duro del nacionalismo rancio "buenista". Son muy poquitos y a nivel nacional su relevancia es prácticamente nula: Iván Vélez fracasa en Vox, Insua escribe libros sobre la leyenda negra española y tiene un columna de opinión en el diario de derechas El Español (muy marxista sí señor), pero es un personaje de nula relevancia social; Armesilla es el más oscuro de estos tres personajes pseudomarxistas (si es que mentar el marxismo se puede en estos casos) con pinta de Heavy Metal. La izquierda que no está de acuerdo con sus postulados nacionalistas para ellos es "la izquierda indefinida" puesto no tiene el concepto claro de los que es una nación. Absurdo a la vez que gilipollezco. Hasta el más analfabeto puede tener claro el concepto de nación, solo que cada persona puede tener una visión distinta.

Eston "buenistas" son jacobinitas, anti federalistas,  anti autonomías, y fundamentalistas del centralismo unitario. Pero todo esto es muy patético: el Gustavo Bueno de los últimos 20 años que ha inspirado a Insua, Armesilla e Iván Vélez, es un personaje que dio un viraje claro hacia el conservadurismo del Partido Popular, tanto es así que lo llegó a apoyar al PP diciendo en público que votaría a Rajoy, esto lo dijo en 2010, de no haberse muerto en 2016, seguro que votaría a Santiago Abascal.

Presentación del libro Podemos: ¿Comunismo, populismo o socialfascismo? Iván Vélez junto a Gustavo Bueno hijo y el filósofo Albiac, otro personaje que viró de la izquierda a la derecha rancia españolista

El "buenismo", como el "trevijanismo" (movimiento inspirado por Antonio García-Trevijano), son sobre todo, posturas anti Podemos. Iván Vélez escribió un libro junto a Santiago Armesilla y José Manuel Rodríguez Pardo que titularon: Podemos ¿Comunismo, populismo o socialfascismo? El mismo título es una gran estupidez que denota cierto guiño a los estalinistas que llamaban a los socialdemócratas como socialfascistas. Sí en su época fue una inmensa chorrada, en el siglo XXI lo es más todavía, si cabe. En fin, de alguien que ha acabado en Vox no se puede esperar nada cuerdo.

Los discípulos de Gustavo Bueno destilan un engreimiento más que obvio al afirmar que en España el federalismo no es posible. Federar significa unir y el territorio español ya está cohesionado perfectamente según ellos. No obstante, el federalismo no es un invento de Podemos, puesto que es es un movimiento que en España se produce en el siglo XIX:
El federalismo español arranca a principios del siglo XIX en el seno del republicanismo, abrazando las ideas de reforma democrática, laica y social, para adquirir perfiles propios como propuesta de organización territorial a partir de la obra de Francisco Garrido (1821-1883) y, sobre todo, Francisco Pi y Margall (1824-1901)

En ese momento el debate sobre la organización política del Estado se situaba entre las propuestas republicanas liberales que nacían de las Cortes de Cádiz, los movimientos Fouriesitas nacidos en Andalucía y que se trasladaron a Madrid y el movimiento krausista en Cataluña que no era exactamente federalista pero pensaba la organización territorial en forma de un estado unitario descentralizado.

El andaluz Fernando Garrido (1821-1883) escribió en 1855 La República Democrática Federal y Universal donde defendía el federalismo como una forma adecuada para superar la “variedad” conflictiva de los pueblos. Nicolás Salmerón, representante del movimiento krausista, acabará siendo miembro del partido Republicano Federal, tercer vicepresidente de la República y autor junto a Eduardo Chao del Proyecto de Constitución Federal redactado en 1872. Leer más ...👈

La Constitución de la I República (que no dio tiempo a ser aprobada) organizaba el territorio de la nación en 18 estados federales.
Artículo 1.º Componen la Nación Española los Estados de Andalucía Alta, Andalucía Baja, Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja, Cataluña, Cuba, Extremadura, Filipinas, Galicia, Murcia, Navarra, Puerto Rico, Valencia, Regiones Vascongadas. Los Estados podrán conservar las actuales provincias o modificarlas, según sus necesidades territoriales.

De haberse aprodado la Constitución de la I República, España podría haberse constituido en un Estado federal, y no por eso España iba a ser menos España. Un país es un constructo y como tal puede variar su organización política, como hiciera la Constitución del 78 que se inventó la autonomía madrileña, por poner un ejemplo. España con su Estado de las autonomías daba el primer paso para constituir la Espala federal. Si podemos tener autonomías, como se ha demostrado en 40 años, ¿por qué no vamos más allá y aprobamos el federalismo? Estados federales son Alemania y los EE.UU y parece que no les ha ido mal. Esto podría ser un paso para solucionar el independentismo.

Es normal que el unionismo cerril le tenga pánico a las autonomías, y que por eso Vox se ha planteado suprimir la España autonómica. Y por eso también es normal que los discípulos de Gustavo Bueno coincidan con Vox los dos, buenistas y voxenetas maman del mismo manantial, como ha reconocido Santiago Abascal.

Nadie tiene la verdad absoluta y mucho menos Armesilla, Vélez e Insua, ni mucho menos Gustavo Bueno, porque para el gusto se hicieron los sabores. He encontrado un blog que se llama Bitácora Marxista-Leninista, donde sus autores no están conformes con el marxismo de Gustavo Bueno:




"... Desde hace años la Escuela de Gustavo Bueno ha sido la cuna de los chovinistas de todo pelaje. Viene siendo hora de desnudar sus más que evidentes contradicciones. Muchos de sus seguidores son orgullosos seguidores de sus tesis porque se reconocen como nacionalistas, pero muchos otros, tienen la desvergüenza de autodenominarse como marxistas. He aquí la importancia de refutar este mito que ha calado hondo entre el revisionismo patrio (...).

Uno de sus discípulos, Santiago Armesilla se queja en sus conferencias de que la gente no comprende las obras clásicas del marxismo sobre la cuestión nacional como él hace (...)

¿En qué descansa la argumentación de la Escuela de Gustavo Bueno sobre la cuestión nacional?

Sus principios claramente son una mezcolanza burda de argumentos metafísicos con reminiscencias del nacionalismo hegeliano. Pero sorprendentemente esta mezcla bastarda se intenta pasar por marxista o progresista (...).

Todo el pensamiento de Armesilla sobre cuestión nacional se basa en distorsionar una verdad histórica: que el marxismo saluda y prefiere encontrarse cuando el proletariado llega al poder un Estado grande y centralizado, no un Estado con varios problemas nacionales, descentralización económica y fragmentación legislativa y territorial. El primero facilita las tareas de socialización y coordinación de las fuerzas productivas. Pero el marxismo no actúa acorde a deseos sino a hechos, y como hemos visto antes, el primer panorama no fue el caso de España cuando desarrolló el capitalismo. Si un marxista no reconoce el problema nacional que existe en su país, sus soluciones no irán más allá de una imposición subjetivista, que como han demostrado todos los gobiernos recientes, no sirve para frenar a los movimientos nacionales de la periferia, sino al revés, aviva sus pretensiones secesionistas que cada vez calan más entre la gente, y de paso también, encona los rencores y trifulcas nacionales. Leer más...👈

 

"... Estamos de acuerdo en que no es igual cualquier nacionalismo: en concreto, el marxismo enseña que no se puede igualar el nacionalismo de una nación opresora que el de una nación oprimida, y pese a todo, hay que exponer tanto a uno como al otro por el bien del proletariado de ambas zonas, pero casualmente estos autores defienden siempre el nacionalismo de la nación opresora sea donde sea que se geste el debate.

Existe toda una serie de títulos literarios y autores que promocionan todas estas ideas. 

-María Elvira Roca Barea con su obra «Imperiofobia» de 2016. 

-Iván Velez con «La leyenda negra» de 2014.

-Santiago Armesilla con: «El marxismo y la cuestión nacional» de 2017.

-Pedro Ínsua con: «1492: España contra sus fantasmas» de 2018, etc.

La lista es interminable, y cuentan con el respaldo de este tipo de sociedades que costean y difunden este veneno. No por casualidad están pagados por organizaciones fascistas como DENAES. Leer más...👈

Y sin embargo, y a pesar de los pesares, existen cierto tipo de personas que dicen ser marxistas y que están imbuidos por este nacionalismo de la escuela de Bueno. Existe un reducidísimo grupúsculo pseudomarxista que se ha introducido en un grupo de Facebook de Unidas Podemos para difundir el pensamiento filofascista de Gustavo Bueno. Pero esto forma parte de la siguiente entrega...