miércoles, 15 de noviembre de 2023

Las estupideces de la pseudo Junta Democrática Española

Rubén Gisbert, el nuevo Mahatma Gandhi de la democracia, desalojado de una acampada en la puerta del Congreso

Veamos un titular de lo más imbécil de El Español.

La Junta Democrática: de combatir al franquismo a acampar en el Congreso frente a Sánchez

JDE coordina y promueve la acción unitaria del pueblo para que España se instituya libre y pacíficamente en un régimen democrático. Leer más...👈

Como explican en el propio artículo, La Junta Democrática Española (JDE) fue un "conglomerado ideológico muy dispar" de oposición al franquismo. Su propósito era en realidad traer una democracia homologable al resto de Europa. Dentro de la JDE se aglutinaba el Partido Comunista de España (PCE) liderado por Santiago Carrillo, monárquicos liberales vinculados a don Juan De Borbón o intelectuales pertenecientes al Opus Dei como Rafael Calvo Serer.  

En 1974 se presentó dicha extraña asociación de comunistas monárquicos y liberales, y en el 26 de marzo de 1976 se le da forma a la Platajunta "un organismo unitario dirigido por Antonio García-Trevijano, de oposición al régimen fruto de la fusión de la Junta Democrática de España y la Plataforma de Convergencia Democrática (creada en 1975, como reacción a la anterior, por el PSOE, el Movimiento Comunista, democristianos y socialdemócratas)". Una mescolanza de ideologías, que hoy sería imposible reunir unitariamente. Ese mismo año, octubre de 1976, se disuelve la Platajunta. Entonces es cuando el PSOE y el PCE se alinean con los franquistas aperturistas (Suárez, Fraga, Juan Carlos de Borbón...), y le dan una patada a García-Trevijano que hasta entonces jugó un papel central.

Siendo realistas, la transición no se podía llevar a cabo sin la participación de quien verdaderamente tenían todos los resortes del Estado (Ejército, fuerzas de seguridad, prensa, judicatura), que era el franquismo menos beligerante. La transición se hizo como se pudo y no como nos hubiera gustado que fuera.

Cómo hemos visto la JDE estaba compuesta por comunistas, gentes del Opus, liberales y monárquicos. Por eso resulta grotesco que en el titular de El Español busquen un paralelismo con la JDE de Rubén Gisbert, creada en 2020. Si la JDE podría representar a distintos sectores de la ciudadanía, como el PCE que fue un pilar muy importante en la oposición al franquismo, o distintos intelectuales y reconocidos monárquicos afines a Juan de Borbón, la "nueva" JDE la creó Rubén Gisbert junto a varios colegas de la misma cuerda, que disponen de mucho tiempo libre. Esta es la junta directiva:

  • Presidente: Rubén Gisbert Fraile
  • Secretario general: Antonio Alfaro Díaz
  • Tesorero: Antonio José Fuentes Pérez
  • Vocales: Miguel Riquelme, Daniel Rivera y Guillermo López Quintana.
Si buscan esos nombres por Internet no encontraran nada claro de quienes son estas personas, excepto Rubén Gisbert. Es decir, a los que dirigen la Junta Democrática Española solo los conocen en casa y a la hora de comer. No pasa nada, al ser una organización nueva no tienen relevancia como otras tantas asociaciones que se crean en la esfera pública. 

Pero el titular de El Español relacionando a Rubén Gisbert y a sus colegas con la JDE de los años 70, es cuanto menos que patético. Porque la auténtica JDE es cierto que combatió el franquismo, pero no han acampado en el Congreso. Quienes han intentado acampar en el congreso han sido Rubén Gisbert junto a unos cuantos seguidores, donde la policía los ha desalojado en un santiamén, y sin la más mínima dificultad. Esto es si como un servidor que es músico, forma un grupo de música y lo llama Los Bravos para tocar en los bares de Badajoz, y en El Español hacen un titular más o menos así: Los Bravos, de tocar en grandes salas, a arrastrarse por garitos de mala muerte. Es exactamente la misma cosa. 

Si acaso hubiera sido García-Trevijano quien hubiera intentado refundar la JDE, tal vez hubiera tenido alguna legitimidad. Pero un chaval nacido en 1990 no puede adueñarse de una organización nacida en 1974. Al señor García-Trevijano, que no tenía ni un pelo de tonto, no se le ocurrió tirar del pasado, porque la JDE, y luego la Platajunta fueron un sonado fracaso. Reeditar órganos fracasados es estúpido.

Vídeo: Rubén Gisbert asegura que mantendrán la acampada frente al Congreso

Estos pobres infelices han tratado de imitar a la izquierda durante el 15-M en la puerta del Sol, pero aquello era un movimiento que movió a miles de personas, y estos carajaulas no agruparon a más de 20 tiendas de campaña. Según El Español
Tras aproximadamente una hora, lo que eran un par de tiendas de campaña se han convertido en una veintena. Óscar, un joven que acompaña a Alberto y a Cris, se ha querido unir a la acampada, y allí mismo coloca la suya propia. A nuestro alrededor, varias personas empiezan a decir que esto es el próximo 15M (...). Sobre las doce de la noche, y pese a los intentos de los allí presentes por no moverse, la policía desaloja a las decenas de personas que sentadas cerca del Congreso se hallan. El Español, versión de pago

En la Puerta del Sol acamparon varios miles de personas el 15-M, gritando no nos representan, lo que le daba legitimidad al movimiento, y hacía muy complicado a la policía desalojar a esa ingente cantidad de personas. 

La acampada protagonizada por Rubén Gisbert y su pseudo Junta Democrática Española, eran 20 tiendas de campaña y decenas de personas (según relataban en El Español. Un periodista de dicho diario intentó participar en la acampada. ver enlace...👈). Lo que hacía muy fácil a la policía desalojarlos. Además era una acampada ilegal. Los movimientos de desobediencia civil para que resulten efectivos necesitan mover a ingentes masas de personas y no a un puñado de acólitos de Rubén Gisbert. 

El 15-M, tan solo sirvió para darle la mayoría absoluta a M. Rajoy, quien continuó con los recortes que había comenzado Zapatero por la crisis de 2008. Si Zapatero no te representaba, Rajoy te iba a representar menos.

Lo más patético de la noche, fue ver al revolucionario Rubén Gisbert desalojado en volandas  por la policía. ¡De vergüenza ajena!:



Gisbert ha ido a pescar en río revuelto aprovechando que la derecha se ha tirado a la calle, en plan anarquista, para combatir la investidura de Pedro Sánchez. Porque la mayor obsesión de Feijóo es que se repitan las elecciones para que la gente vote hasta que Feijóo pueda ser presidente.

Rubén Gisbert tiene que aprender la lección. Cualquier movimiento social si no se tiene un apoyo de masas está llamado al fracaso, como fue un fracaso y lo sigue siendo el MCRC de García-Trevijano, que estuvo y está muy lejos de conseguir sus objetivos. Rubén Gisbert es lo que se conoce hoy en día como un influencer o youtuber. En YouTube tiene 534.000 suscriptores, no está nada mal, pero lejos de otros influencer como El Rubius o Aurón Play. Gisbert en el plano virtual tendrá muchos seguidores. Pero el mundo analógico funciona de otra manera. Y Rubén Gisbert lo ha comprobado en sus propias carnes. Ahora bien, ya tiene material fresco para crear contenido visual en YouTube, y ganarse honradamente unas perrillas que nunca vienen mal. 

Aquí tenéis su último vídeo de su canal de YouTube, ya van por las 221.360 visualizaciones. Si se fijan, cada vez que se entra en el vídeo salta la publicidad. Cuantas más visitas, más eurillos a la saca. El chaval no es tonto, ¿eh? ¿Quiénes son los tontos?, tal vez sean quienes lo siguen ciegamente creyendo que van a cambiar algo.

En España para que caiga la monarquía del régimen del 78 se tendría que producir un enorme movimiento ciudadano, que hoy por hoy no está ni se le espera. Así cayó Alfonso XIII y vino la II República. Pero desgraciadamente los movimientos republicanos contestarios son insignificantes. Mientras el PP, Vox, y PSOE sean firmemente monárquicos, poco se puede hacer.

Estos trevijanistas lo que realmente les interesa es cambiar el sistema electoral, y cambiarlo por el sistema plutocrático de EE. UU. No saben que el sistema electoral se puede cambiar mediante leyes y reformas constitucionales, y no se necesita ninguna Constitución nueva. El problema de la Constitución del 78, es que se ha quedado anticuada y necesitaría como se ha hecho con tantas constituciones europeas (y la de EE. UU) de varias reformas (ver enlace...👈).

¡Qué fácil es engañar a la gente! En cualquier sistema todo está bien atado. Si votar no sirve de nada, quedarse en casa sirve de menos. Porque aunque se cambiara el sistema electoral, pasaría como en los sacrosantos EE. UU., nos convertiríamos en el gobierno de los mercados y de los lobbys.

En EE. UU. no hubo un proceso constituyente, tal y como se conoce: unas elecciones para elegir a los constituyentes y posteriormente refrendar la constitución mediante plebiscito popular. Hay que tener en cuenta que la constitución yanqui data del siglo XVIII...
... La Constitución de los Estados Unidos es la ley suprema de los Estados Unidos de América. Fue adoptada en su forma original el 17 de septiembre de 1787 por la Convención Constitucional de Filadelfia (Pensilvania) y luego ratificada por el pueblo en convenciones en cada estado en el nombre de «Nosotros el Pueblo» (We the People).​ En realidad no se trataban de referendos populares, sino que eran las Asambleas Estatales las encargadas de ratificar la Constitución. Wikipedia

 García-Trevijano engañó a sus acólitos, y ahora sus seguidores siguen su senda que va encaminada al fracaso estrepitoso. Si los fan que seguían a García-Trevijano, y ahora a Rubén Gisbert, Aitor Guisasola (Un bogado contra la demagogia) o Pedro Manuel González (MCRC), que casualmente desde el maestro hasta los discípulos son abogados, pudieran salir un momento de la burbuja en la que viven, y pudieran verse desde fuera, se darían cuenta de los patéticos que son con sus acciones inútiles. Como ir a romper la papeleta a la mesa electoral. Acto que no queda reflejado en ningún sitio, salvo en sus RR. SS. O esas llamadas a la abstención (abstención activa la llaman ellos) que jamás han funcionado y que está demostrado que no va a funcionar. Y sobre todo, esa supuesta superioridad moral democrática que se creen que gozan, porque no votan, y no es otra cosa que una triste impotencia.

El diario conservador El Español, fundado por Pedro J. Ramírez cuando lo expulsaron de El Mundo, le ha dado cancha a Rubén Gisbert, no porque su triste y minoritario movimiento tuviera relevancia en las protestas contra la investidura y la amnistía, sino para tratar de desgastar a Pedro Sánchez, que si nada se tuerce, será investido presidente con el voto de 179 diputados. Uno más de lo esperado al sumarse Coalición Canaria.

Según apuntaban en Público: "Los partidos que investirán a Sánchez suman más votos en las urnas que los que hicieron presidentes a Rajoy, Aznar, González y Suárez".

Los partidos que van a hacer presidente a Pedro Sánchez suman 12.610.000 votos, contra los 11.270.025. Legitimidad democrática a raudales para espanto de la derecha, la extrema derecha, los fascistas y los nazis, y los cuatro gatos que son los fan de García-Trevijano y ahora de Rubén Gisbert.