lunes, 17 de junio de 2019

Amancio Ortega en 2013 fue condenado por Hacienda a pagar 33 millones de euros


"El Tribunal Supremo ha condenado al empresario Amancio Ortega a pagar 33 millones de euros que le reclama Hacienda en materia de liquidaciones por el impago del Impuesto sobre el Patrimonio entre los años 2001 y 2003. El fundador de Zara habría colocado unos 1.300 millones de euros obtenidos por la venta de un paquete de acciones de Inditex S.A. en dos sociedades Alazan y Keslar...". En 2013 el empresario Amancio Ortega tuvo que pagar al fisco 33.000.000 de euros (aldededor de 500.000.000.000 [quinientos mil millones] de las antiguas pesetas), por unos chanchullos con el fisco español.

Aquí se pueden ver otros enlaces donde la reputación de Amancio Ortega queda en entredicho:


Como muestra sirva un botón. Creo que no me equivoco al afirmar que la buena imagen del dueño de Zara ha sido manchada por estos escándalos (multas con Hacienda y explotación laboral en terceros países). Y también creo que no es de extrañar que muchas personas lleguen a la conclusión de que Amancio Ortega está lavando su imagen gracias a macrodonaciones a la Seguridad Social.

Hay que reconocer que o bien sus asesores, o bien el propio Amancio Ortega son bastantes inteligentes. Con una mínima parte de las ganancias de INDITEX han promovido un lavado de imagen en grandes proporciones.

El cáncer en España es la primera causa de muerte en hombres y la segunda en mujeres, esta realidad trágica es insoslayable y muy preocupante. Se podría haber donado ese dinero a Cáritas o bien a estudiar enfermedades raras. También podría haber sido solidario con la inmigración que muere en el mar, con los parados o con los pensionistas, pero ninguna de estas propuestas sería tan efectiva como la de regalarle máquinas contra el cáncer a la Seguridad social. Máquinas que, según partes interesadas, nos decían que en gran porcentaje estaban obsoletas.

El debate que se ha generado es que Amancio Ortega es un gran filántropo o un sinvergüenza de gran calado. La preocupación debería de ser otra: ¿Porqué hemos tenido que esperar a que la caridad de un gran empresario sirva para modernizar la maquinaria contra el cáncer de la Seguridad Social? ¿No se les debía de caer la cara de la vergüenza a los gestores sanitarios por tener que acudir a la supuesta filantropía de un gran empresario para modernizar las máquinas contra el cáncer?

De cualquier forma el dueño de Zara lo que ha hecho es levantar polvareda y volver a recordarnos ciertos pasajes de sus políticas empresariales que mejor sería no volverlas a recordar nunca más. Porque es que a nadie le amarga un dulce, pero ese dulce es mejor que no sea cuestionado por nadie.