miércoles, 2 de noviembre de 2022

LA LEY TRANS DE IRENE MONTERO VA BIEN ENCAMINADA

 


Analicemos dos estudios que avalan que los menores de edad puedan acceder al cambio de género según la Ley Trans de Irene Montero. Para cambiar el sexo en el registro se necesitan tres meses y no se necesita tratamiento hormonal, con lo cual es reversible volver a cambiar en el registro el sexo.

Si los menores deciden hormonarse, existen dos estudios que nos dejan prever que el peligro que esgrimen los críticos de la Ley Trans y la reconversión de los menores es mínimo.

El 98% de los adolescentes trans que inician un tratamiento hormonal lo mantienen años después

Un estudio publicado en ‘The Lancet’, realizado en Holanda, sugiere que tras una “evaluación diagnóstica exhaustiva” el arrepentimiento tras estas terapias es residual

La gran mayoría de adolescentes trans que comienzan un tratamiento hormonal tras una “evaluación diagnóstica exhaustiva” no lo abandonan. Investigadores holandeses han publicado este viernes en la revista The Lancet una investigación que evalúa la continuidad de este tipo de medicación en menores de edad: de los 720 pacientes estudiados que lo iniciaron, 702 (un 98%) lo mantuvieron entre tres y seis años después, tiempo que dura el seguimiento en la mayoría de casos. El País...👈

Un libro escrito por El catedrático en Psicología de la UNED y experto en la psicobiología de la identidad de género , Antonio Guillamón, afirma que la identidad de género no se puede elegir:

La identidad de género no se elige, como prueba el fracaso de las terapias de conversión

El catedrático de la UNED Antonio Guillamón acaba de publicar un libro con el resultado de años de investigación sobre las bases psicobiológicas de la identidad de género

Pregunta. ¿Cuál son los principales hallazgos que presenta en el libro?

Respuesta. Hemos observado que hay una diferenciación en el cerebro que prepara para acogerse a una imagen que toma de lo que ofrece la sociedad. La identidad de género es un continuo en el que predominan los extremos. Hay dos grandes modelos, hombre o mujer, y uno se acopla a uno de los dos. En poquísimos casos hay una incongruencia entre el sexo biológico y el modelo, pero en los casos en que se da, hemos visto que existen diferencias cerebrales en hombres cis y trans y mujeres cis y trans.

Los genes y las hormonas prenatales preparan al cerebro para el desarrollo de diferentes identidades de género, y los niños y las niñas desde pequeños tienen unos comportamientos estereotipados. Además de la exposición a la testosterona durante la pubertad, los niños tienen una mayor exposición a esa hormona durante la gestación y también una especie de minipubertad, en la que hay otro pico de testosterona, en los tres primeros meses después del nacimiento. Todas esas diferencias condicionan la identidad de género en la que una persona va a encajar. La identidad de género no es algo que se elige. Si tiene suerte, uno puede elegir lo que va a comer, pero no puede elegir si tiene hambre o no. Algo tan nuclear en nosotros como la identidad no es algo que eliges. Esto lo prueba también el fracaso de las terapias de conversión. El País...👈

Los lectores podrán buscar por Internet y encontrarán todo tipo de opiniones de lobbys homófobos, tránsfobos y partidistas como Amelia Valcárcel, filósofa de la órbita del PSOE, que expondrán otros motivos para cargar contra la Ley Trans. No obstante cabe reseñar, que los que defendemos la Ley Trans de Irene Montero, también los hacemos con causa y no nos agregamos a defender la Ley tan solo por simples posturas partidistas. Si así fuera, no necesitariamos opiniones científicas como las que acabo de exponer. 

Es obvio que esta Ley no invisibiliza a nadie, sencillamente porque eso es imposible. Otorgar derechos no va en detrimento de otros derechos ya conseguidos. Es falso que ahora ser trangénero se produzca por un contagio social. Esta postura es parecida a la que mantiene la ultraderecha, que dice que se está promocionando el homosexualismo, es decir, se puede convertir a la gente en homosexual con la propaganda pertinente. Lamentablemente una parte de feministas se está acercando a las tesis de la extrema derecha.

El feminismo extremista y conservador va más allá de la crítica comprensible. Una feminsta TERF, como la escritora Laura Freixas, tiene la poca verguenza de comparar la Ley Trans, que concede derechos, con la Ley Mordaza, que cercena derechos.

¡Que poca vergüenza hay que tener para hacer tales afirmaciones! Claro que la Ley de Irene Montero prevé sanciones, como la Ley de la Memoria Democrática (LMD) o cualquier otra Ley. Es más, si nos saltamos ciertas leyes no nos pondrán multas pecunarias, sino que acabaremos entre rejas como les pasó a los líderes del procés.

Si te saltas la LMD: "De 200 a 150.000 euros: así serán las multas por violar la Ley de Memoria" (Público...👈). En fin, el odio contra el mundo trans es más que evidente.