Leo en El Mundo que en Venezuela "la oposición se manifiesta en Caracas en pleno estado de excepción". Para el diario que va a echar a la mitad de la plantilla a la calle, Venezuela está gobernada por una dictadura disfrazada, algo así como una suerte de democracia secuestrada.
Pasamos a El País: "Ser periodista extranjero en Corea del Norte es volver a ser un niño. Todo parece asombroso, diferente, una mezcla imprecisa de fantasía y realidad que funciona de acuerdo a unas reglas y mecanismos misteriosos". En el diario del autoritario Cebrián cargan sus tintas contra una auténtica dictadura "comunista", la de Corea del Norte.
Otras veces los dos diarios nos hablan del comunismo cubano, pero sin dejar muy de lejos a Venezuela y a la maldecida revolución bolivariana, y casi nunca, por no decir nunca, nos hablan de otra auténtica dictadura "comunista" que "disfrutan" los sufridores y laboriosos chinos. En efecto, en China también hay otra dictadura de la órbita "comunista" (que ni es comunista ni se le parece).
En China también hay presos políticos, igual que en Corea del Norte o Cuba -en Venezuela son opositores golpistas los que están retenidos-. ¿Entonces porqué Felipe González o José Mª Aznar, que están tan preocupado por los derechos humanos y políticos en Venezuela o Cuba callan sus respectivas boquitas sobre el país asiático?
Sobre China de lo último que han hablado los medios del Régimen, es que un empresario chino ha invitado a toda su plantilla a pasar una vacaciones en España y que, por lo tanto, se va a gastar un pastonazo.
Todo esto nos muestra una cosa, que a Aznar y a González, y sobre todo al Régimen, le importan un pepino los derechos humanos si se hace caja. Todo por el business. Bien podría cambiarse aquella frase franquista que se le adjudicó a la Guardia Civil de "Todo por la Patria", por el de, "Todo por la Pasta".