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... Y ya para terminar, espero por el bien de todos que al señor Don Francisco Espinosa Maestre no lo compre[n] a base de subvenciones [y] lleve el tema del cambio climático [a la historia], porque si lo hacen y le llenan bien los bolsillos, lo mismo que dijo que en Mérida colocaban de pie los cadáveres en [l]as cajas de los camiones para que cupieran más, capaz es de decir que en agosto del 36, cuando todavía no había cambio climático, muchos presos en la cárcel de Badajoz murieron congelados, porque antes de que llegarán las actuales olas de calor producidas por el cambio climático, era normal que en agosto nevara y las temperaturas alcanzarán varios grados bajo cero y los "represaliados" morían congelados porque los canallas fascistas asesinos, como cierto falangista fascista putañero y borracho, asiduo visitantes del Cabaret Tabarin en Mérida, cerca de la localidad donde aquel canalla criminal vivía, no les daban ropa de abrigo.
Digo esto, porque como pueden ver, el señor Avellano [un servidor] cita unos párrafos del libro La columna de la muerte, de don Francisco Espinosa Maestre, natural de Villafranca de los Barros y para convencer a sus seguidores, el señor Avellano indica el número de página de ese libro. Lo que pasa es que lo más probable es que se haya equivocado de página, porque él sabe que sus seguidores no van a comprobarlo, porque la mayoría de ellos, cuando tienen un libro en las manos empiezan a darle vueltas a ver dónde tiene la cremallera para abrirlo o cerrarlo. Como dice Cervantes al final del Quijote, novela ficticia: Salve"
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Y muy en el estilo de don Francisco Pilo Ortiz, nos viene a hablar del cambio climático, de las subvenciones y se inventa una chorrada sobre que Espinosa "capaz es de decir que en agosto del 36, cuando todavía no había cambio climático, muchos presos en la cárcel de Badajoz murieron congelados, porque antes de que llegarán las actuales olas de calor producidas por el cambio climático, era normal que en agosto nevara y las temperaturas alcanzarán varios grados bajo cero y los "represaliados" morían congelados porque los canallas fascistas asesinos, como cierto falangista fascista putañero y borracho, asiduo visitantes del Cabaret Tabarin en Mérida, cerca de la localidad donde aquel canalla criminal vivía, no les daban ropa de abrigo".
Y también se mofa de que Espinosa dijera que "en Mérida colocaban de pie los cadáveres en las cajas de los camiones para que cupieran más". Siempre he dicho que la ignorancia es la madre del atrevimiento. Pero no podemos creer que el insigne don Francisco Pilo Ortiz sea un enorme ignorante, se debe de haber equivocado, porque no es Espinosa quien dice que en Mérida se colocaban de pie los cadáveres en los camiones. No fue en Mérida, sino en Badajoz, y no lo ha dicho Espinosa (Francisco Espinosa recoge el testimonio) sino un terrateniente de Salamanca. El testimonio quedó reflejado en la prensa de la época. Fue el testimonio del terrateniente y ganadero salmantino Lisardo Sánchez, que según informa Espinosa era "uno de los mayores propietarios de Badajoz". Este terrateniente, que no era afín al Frente Popular (por razones obvias), visitó Badajoz el día 15 preocupado por sus hijos que habían sido detenidos:
Es algo horrible ver los muertos a montones por las calles. Tres días han tardado tres camiones en limpiar la capital, a pesar de colocarlos en posición vertical para poder transportar más al cementerio, donde eran quemados en grandes montones. La primavera del Frente Popular. Pág. 207
Como tuvo que ser la escabechina de impresionante que tres camiones (algunos periodistas vieron cuatro) y algunas carretas estuvieron llevando cadáveres al cementerio durante al menos tres días. En donde los apilaban y prendían fuego. Don Francisco Pilo Ortiz se congratula de que me lea sus obras y de que le haga propaganda. Me he leído a varios autores de derechas, no solo a él, porque para estudiar la historia tenemos que leer de todo. Como en su día me lei, o mejor dicho me estudié la obra que Francisco Pilo escribió con De la Iglesia y el Sr. Domínguez, La matanza de Badajoz ante los muros de la propaganda. Pude constatar como trataban de minimizar la matanza de Badajoz usando la propaganda de la prensa salazarista y los comunicados de Radio-Club Portugués. Obra muy aclamada entre los palmeros del Sr. Pilo.
Dejando cualquier ironía de lado, este comentario de Francisco Pilo y otros muchos por el estilo que sube a Facebook y luego los borra, le resta la poca credibilidad que aún pueda tener, si es que alguien puede hacerle caso excepto sus más fieles palmeros. Y se extraña que en el Ateneo de Badajoz no le dejen contar sus milongas, y la culpa de todo, como siempre es del PSOE, que a través de las subvenciones controla las voluntades en el Ateneo, y no de las malas práxis historiográficas.