lunes, 22 de agosto de 2016

Artículo de Edmon Taylor sobre la matanza de Badajoz

Entré en Badajoz –ahora segura en manos rebeldes– aun se podían ver los muertos por las calles y vi a unos soldados fregando las manchas de sangre sobre el pavimento del Gobierno Militar.

Las tropas moras se sentaban en cuclillas. En los umbrales limpiaban afanosamente sus rifles. En tan solo media hora observé cuatro camiones llenos de cuerpos de los gubernamentales, que habían muerto, y que fueron llevados cerca de allí.

El viernes (14/08/1936) entre 500 y 600 leales murieron en la captura de Badajoz por el Tercio (la legión española extranjera) y moros bajo el mando de Coronel Castejón.

Él efectuó la unión con la avanzadilla del ejército del norte al mando del general Emilio Mola y esto hizo posible que la amenaza a Madrid se tomara más en serio.

Fusilados frente al Altar

Ayer (15/08/1936), aun seguían las ejecuciones de masa en la plaza de la Torre (Catedral de Badajoz).

Cientos de personas aterrorizadas se habían refugiado en la catedral. Entre ellos, los rebeldes, encontraron dos milicianos a los que fusilaron a unos pocos pasos del altar. Muchas casas estaban en llamas y se quemaron sin que nadie hiciera nada. El humo se extiende como un manto sobre la ciudad. Las calles están llenas de cadáveres, azulejos y cristales rotos de las casas y del hedor y la basura de la batalla.

El Coronel (Antonio) Castejón, el martes , después de un duro cerco y una larga preparación de artillería entró en Mérida –punto de unión ( de las fuerzas del norte y el sur )– y se dirigió a Badajoz, el jueves, con tres columnas formadas principalmente por tropas moras del ejército marroquí-regulares- y legionarios del Tercio.

Coronel (Rolando) Heli deTella, uno de los oficiales estrella del ejército de África, se quedó en Mérida, con un fuerte contingente, en previsión de un contraataque.

El primer ataque fallido

El jueves (13/08/1936) el Coronel Castejón intentó asaltar Badajoz después de la preparación artillera y los bombardeos desde el aire. Después de una preparación inadecuada abandonó el ataque. A la mañana siguiente, después de una preparación más exhaustiva, se reanudó el ataque.

Badajoz resistió un largo asedio durante la Guerra de la Independencia (de 1808 a 1814 contra Napoleón). La ciudad se alza sobre una colina alta y protegida por muros medievales de 30 pies de espesor. Sin embargo, se habían realizado unas obras de ensanche, recientemente, por las autoridades de la ciudad para permitir la expansión de la ciudad y fue a través de esta brecha que los hombres del Coronel Castejón hicieron su entrada.

Esta brecha, naturalmente, estaba fuertemente defendida por ametralladoras detrás de sacos de arena, pero los legionarios, sin considerar la gran cantidad de bajas, la tomaron a la bayoneta. Luego se abrieron paso a través de la ciudad, casa por casa, matando a todos los rojos que fueron encontrando.

La mayoría de los líderes civiles escaparon

A Portugal, apenas a cuatro millas de distancia, pero los que fueron capturados fueron fusilados después de pasar por un tribunal sumario. Había docenas de ejecuciones, la mayoría de las víctimas eran jóvenes rojos.

Hoy, en cada casa había colgada una bandera, y, aunque las paredes de la mayoría de las mismas estaban marcadas por el fuego de las balas, Mérida sufrió aún más, después de haber sido bombardeada por primera vez por los rebeldes y después por los Rojos. Los aviones del gobierno (del Frente Popular) diariamente están bombardeando Mérida.

Durante mi breve estancia en Mérida varias docenas de bombas, de 100 libras, fueron lanzadas sobre la ciudad provocando más ruinas pero hiriendo a sólo tres o cuatro civiles.

Bandas de guerrilleros vagan

Aunque las principales columnas del ejército que opera en Madrid no están operativas en Extremadura, pequeñas bandas de milicianos aún están rondando por el campo. Las autoridades en Cáceres no me permitieron volver a Mérida, hoy, a causa del peligro de caer en manos de los Rojos.

El viaje desde Cáceres, que está en poder de uno de los puestos de avanzada del ejército del norte del general Mola, a Mérida, que está en poder del general Francisco Franco, comandante rebelde del sur, se hizo en un convoy fuertemente armado llevando alimentos y suministros militares a la guarnición de Mérida, prueba de que ahora existe un enlace efectivo entre los ejércitos rebeldes del norte y sur”.

Difundido por Moisés Domínguez.